
En el trabajo el respeto no se impone, se gana. Lo hacemos día a día con la forma en que trabajamos, pero también con cómo nos comunicamos. Esa cualidad invisible que define cómo nos perciben los demás, es capaz de hacer que se hagan oídos sordos a nuestras propuestas o que nos escuchen. Según Scott Mautz, instructor de LinkedIn Learning y experto en liderazgo, fortaleza mental y éxito, es posible ganarse el respeto de nuestros compañeros de trabajo si cambiamos nuestro enfoque. Como explica en su último libro, ‘The mentally strong leader’, ganarse respeto requiere fuerza mental pero también tres cosas básicas que distribuye en lo que él llama el modelo “Give-Resist-Exude”, que traducido sería algo así como dar, resistir y demostrar.
Dar
Como explica en la CNBC él mismo, “si te acostumbras a dar más de lo que recibes, te ganarás respeto”. Esto no significa convertirte en una persona complaciente o hacer “people pleasing”, que ya te contamos que era terrible para tu productividad. Más bien consiste en no guardarte tu conocimiento como un huraño y compartirlo. Por ejemplo, estás en el trabajo y un compañero te dice que no sabe cómo presentar un proyecto en el que está trabajando. Tú haces este tipo de presentaciones a menudo y te sientes cómoda hablando en público, así que le ayudas.
También es interesante expresar gratitud, una práctica tremendamente beneficiosa para todos ya que “tiene un enorme efecto dominó positivo en los demás, que puede aumentar su aprecio y respeto por ti”, explica Mautz. Lo mismo ocurre con mostrar respeto a otros, otra forma de dar, que “aumenta drásticamente la probabilidad de recibir respeto a cambio”. Dar es el primer paso para ser respetado.
Resistir
El segundo paso es resistir porque como explica el experto en fortaleza mental, “el respeto también surge de lo que no haces”. Puedes fomentar el respeto si no te atribuyes méritos. “Cuando tengas la oportunidad de compartir quién hizo qué para lograr ese logro, hazlo sobre ellos, no sobre ti”, asegura Mautz, que añade que “te respetarán más por poner a otros en el centro de atención”. Evita cotillear sobre tus compañeros de trabajo porque es algo grosero, y en su lugar cuando hables de ellos, hazlo de algo sobre lo que hagan bien (o simplemente no hables si te caen mal).
Además, en su libro Mautz explica que es importante resistirse a la negatividad porque “mantener una actitud positiva es una opción en el mundo actual, frecuentemente pesimista y dividido” y eso hace que otros se fijen en nosotros. De nuevo un matiz: no es convertirse en Mr. Wonderful ni promover una positividad tóxica, sino evitar caer en el derrotismo porque es mejor buscar soluciones que regodearnos en los problemas.
Demostrar
Según Mautz, “puedes ganarte el respeto si demuestras habitualmente”. Y demostrar implica mostrarte profesional pero también serlo. Prepararte y formarte para hacer tu trabajo, es fundamental, pero también ser una persona honesta e íntegra hasta cuando pones límites en el trabajo. Además, para Mautz la transparencia es imprescindible porque “cuando no eres honesto, la confianza se evapora y el respeto se desvanece. En cambio, sé transparente sobre por qué tomas decisiones, comparte tus opiniones y opera sin intenciones ocultas”, asegura. Con todo esto, el respeto vendrá solo.
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