La década de los setenta vivió un auge brutal del cine de artes marciales, y todo empezó por una tragedia: cuando Bruce Lee falleció el 20 de julio de 1973 estando en lo más alto de su fama, dejó un hueco inmenso que la industria no tardó en intentar llenar. De pronto, cientos de películas comenzaron a imitar su estilo y su nombre: naciendo así un subgénero curioso, excesivo y fascinante llamado ‘Bruceploitation’.
Muchas productoras de Hong Kong, Taiwán y Corea del Sur se lanzaron a pescar en ese vacío. Contrataban actores que se parecían mínimamente a Lee o que adoptaban nombres artísticos casi iguales (Bruce Li, Bruce Le, Dragon Lee y compañía) para protagonizar películas que reproducían sus golpes, sus gritos, sus posturas y hasta sus tráilers sonoros.
Este fenómeno duró aproximadamente una década, entre mediados de los setenta y comienzos de los ochenta. Al principio se presentaban como homenajes: películas como ‘Exit the Dragon’, ‘Enter the Tiger’ narraban la búsqueda de venganza tras la muerte del héroe, utilizando incluso imágenes reales de su funeral, pero pronto este subgénero se volvió más absurdo, sumando a sus tramas clones, científicos locos y tramas sin sentido
Como ejemplo, está la delirante ‘Los clones de Bruce Lee‘, donde tres «Bruce Lee» clonados compiten con agentes británicos, escenas de playa y peleas surrealistas. Una joyita de b‑movie que es puro meme.
Según el recuento de títulos disponibles en IMDb, la lista de filmes Bruceploitation es interminable y abarca desde el homenaje inicial hasta parodias o imitaciones burdas que apenas tienen lógica. En sitios como Screen Rant destacan ejemplos tardíos como ‘The Dragon’s Snake Fist’, donde Dragon Lee protagoniza una trama de venganza clásica con escenas de acción brutales, aunque a esas alturas el fenómeno ya casi se había agotado.
Un subgénero reinventado por su agotamiento
El fin del género llegó cuando nuevos talentos empezaron a abrirse camino con identidad propia. Jackie Chan y Sammo Hung ofrecieron estilos más frescos, mezclando artes marciales con comedia y acrobacias. Películas como ‘El maestro borracho’ (1978) y ‘Operación dragón gordo‘ (1978), esta última una divertida sátira del género Bruceploitation, cambiaron el rumbo del cine hongkonés hacia propuestas más originales y personales.
El impacto de la ‘Bruceplotación’ fue enorme: la producción se disparó, proliferaron imitadores de todo tipo y el kung fu dominó las pantallas internacionales. Pero también dejó una lección clara: no todo puede prosperar imitando estéticas ajenas sin una visión propia.
Si bien Bruce Lee fue irreemplazable, gracias a él nació un género que marcó época, aunque fuese por razones comerciales más que artísticas y con resultados más cómicos que serios.
Fotos de theblemish
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