La necesidad de ser aceptados por los demás es una motivación humana básica. Tenemos necesidad de pertenencia y desde el punto de vista de la psicología evolutiva, nuestro cerebro evolucionó para buscar señales de inclusión o exclusión constantemente con el objetivo de sobrevivir. Es por eso que la exclusión social activa regiones cerebrales asociadas con el dolor físico. Querer ser aceptados por el resto es algo natural también en el desarrollo del niño.

“Los niños necesitan atención y hacen todo lo posible por obtenerla”, aseguraba el conocido pediatra Carlos González en uno de sus vídeos del canal ‘Criar sin miedo‘. Esa atención por parte de sus padres les sirve para sentirse seguros, queridos y valorados, y cuando no la reciben de forma positiva, la necesidad de atención es tan grande que “si no la consiguen portándose bien, prefieren portarse mal con tal de que les hagan caso«, afirmaba González. Esto se traduce en rabietas incontroladas o malos comportamientos que muchos padres no saben cómo gestionar.

Esta necesidad de atención está presente desde que el niño comienza a hablar. Según Gonzalez, una de las primeras frases que dicen todos los niños es “mamá, mamá, mira que hago”. El niño no solo está orgulloso de lo que ha hecho, sino que, según el experto, “están deseosos de que tú les mires” y añade que necesitan tanto la atención de sus padres, que prefieren mala atención que ausencia de atención, por lo que “provocan” de alguna manera que les hagan caso buscando un castigo o una bofetada.

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¿Está tu hijo reclamando tu atención con su comportamiento? Hay veces que nuestros hijos se comportan mal solo para llamar nuestra atención, para que les hagamos caso. Prefieren eso, con sus consecuencias a que no les hagamos caso. Es una pelea por la atención. ¿Has vivido una situación así? No te pierdas el capítulo de ‘Criando sin miedo’ sobre Frustración y rabietas. Ya en Youtube y Spotify. Podcast crianza pediatra CriandoSinMiedo paternidad maternidad CrianzaRespetuosa #rabietas

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Es triste que en su desesperada búsqueda de atención los niños prefieran un castigo a la indiferencia, pero según el pediatra es justo así como ocurre. González lo deja muy claro: “si supiera cómo conseguir que le cuentes un cuento no te pediría que le des una bofetada, pero si no encuentra la manera de que le cuentes un cuento es como si pensase: ‘bueno, al menos me pega una bofetada, al menos me hace caso, al menos me escucha’”. Si portándose bien no consigue ninguna atención y portándose mal, sí, gana la necesidad de atención por encima de todo.

Si portándose mal, “consigue que sus padres dejen lo que están haciendo y le miren y le hablen, será capaz de portarse mal para conseguir eso. Porque para él es lo más importante del mundo”, explicaba el pediatra. Para el niño, un castigo se percibe como una victoria porque él solo ve que sus padres le miran y le hablan y lo más importante, dejan lo que están haciendo para ocuparse de él cuando se porta mal.

Carlos González añade que «si quieres que tu hijo no se vea obligado a hacer estas cosas extraordinarias para llamar tu atención, tienes que tener especial cuidado de hacerle caso antes». El neuropsicólogo Álvaro Bilbao está de acuerdo con esa afirmación y asegura, al hablar de la crianza consciente, que “no se trata de ser padres perfectos, sino de ser padres presentes”. Es decir, prestar atención a los niños lejos del automatismo. Ofrecer esa atención antes de que perciba que solo portándose mal la tendrá.

Eso no significa que el niño no vaya a tener rabietas, porque son parte de su forma de aprender a regular las emociones y porque ante la imposición de límites necesarios hasta en la crianza respetuosa y consciente, pero sí reduciremos muchos de sus comportamientos negativos y nos harán mucho más caso si dejamos el móvil al lado y hacemos algo tan sencillo como escucharles cuando nos cuentan algo. Tan sencillo como eso.

Fotos | YouTube Carlos Gonzalez (Criando sin miedo)

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