No es lo mismo la soledad elegida que la soledad. Pasar tiempo a solas es fundamental para nuestro bienestar intelectual y emocional y una decisión libre. La soledad no deseada que sufre una de cada cinco personas en España es un verdadero problema social. Pero si prefieres leer en el sofá de tu casa en lugar de salir a tomarte un vermut con un grupo de amigos y eliges quedarte a disfrutar de un tiempo a solas, no eres antisocial ni la soledad es un problema para ti. Según la psicología, aquellas personas que buscan la soledad de forma activa, poseen algunos rasgos únicos.
Más autoconciencia
La autoconciencia es un área que forma parte de la inteligencia emocional y que podemos desarrollar cuando dedicamos tiempo a reflexionar sobre nosotros y en silencio, para lo que los momentos en soledad resultan excelentes. Es más, las personas que buscan la soledad regularmente tienen un mayor autoconcepto y una autoconciencia más definida.
Según la psicóloga Iria Reguera, “vivimos en un tipo de cultura colectivista que promueve la interdependencia entre personas y pone las necesidades grupales por encima de las individuales”, por lo que al estar solos y dedicar tiempo a la introspección, eliminamos la necesidad de validación externa y nuestro criterio es el único que importa, por lo que podemos reflexionar sobre nuestras verdaderas necesidades. Además, la reflexión y autoevaluación a solas nos permite aprender y mejorar a nivel personal y facilita que tengamos relaciones más saludables porque nos conocemos mejor ya que hemos dedicado tiempo a saber qué queremos y qué no.
Más creatividad
La creatividad y la soledad han estado relacionadas desde hace años. La soledad elegida se ha relacionado positivamente con la creatividad y hay estudios que aseguran que puede facilitar la reflexión, creatividad y regulación emocional positiva, y la gente creativa a menudo prefiere actividades solitarias como una forma de autorregulación y exploración. Además, los neurocientíficos proponen que el tiempo a solas permite que la red neuronal del cerebro fluya, forjando asociaciones remotas que dan lugar a ideas novedosas o momentos eureka.
Más autonomía y autosuficiencia
La teoría de la autodeterminación sitúa la motivación en el núcleo del comportamiento y asegura que cuando la autonomía, la competencia y la conexión se satisfacen, prosperamos. Según Richard M. Ryan y Edward L. Deci, la soledad puede satisfacer esa autonomía, ya que pasar tiempo a solas consigue que te sientas cómoda tomando decisiones basadas en tus valores personales y no en lo que opinen otros. Los expertos aseguran que así, es más probable que persigas proyectos que de verdad te ilusionen y se promueva una motivación a largo plazo y no una validación a corto.

Más capacidad de regulación emocional
La soledad elegida se relaciona con una mayor capacidad de regulación emocional, pero la clave está en cómo la persona interpreta y usa esa soledad. Por ejemplo, si la usan para usar ese tiempo para reflexionar, calmar sus emociones o recuperar energía emocional, practicar la soledad con frecuencia es una estrategia para la autorregulación afectiva.
Más rendimiento y productividad
Cal Newport, experto en productividad, asegura en su libro ‘Deep Work’ que el “trabajo profundo” o “inmersión profunda” entendido como un período de concentración sostenida y sin distracciones, es imprescindible para el éxito. Ese proceso requiere, en muchos momentos, aislarse también de estímulos sociales como podrían ser las notificaciones de whatsapp porque “hasta las interrupciones sociales breves generan un residuo de atención que degrada el rendimiento en tareas complejas”. Quien se siente atraído por la soledad, sabe de la importancia de esa capacidad de concentración y la protege, lo que repercute en su rendimiento y productividad.
Más motivación intrínseca y resiliencia psicológica
Como explicábamos antes, la soledad elegida tiene efectos positivos en nuestra capacidad de autonomía. Ese tiempo nos permite participar en actividades alineadas con su significado personal, sin buscar como decíamos la validación externa. Leemos lo que queremos leer, vemos lo que queremos ver y reflexionamos sobre aquello que nos interesa no porque sea una conversación social, sino porque nos apetece. Esta alineación con nuestras propias necesidades provoca bienestar a largo plazo al reforzar la motivación intrínseca. A su vez, este tipo de motivación que viene de nosotros mismos influye directamente sobre la resiliencia, la inteligencia emocional y la visión de los desafíos como oportunidades.
Es importante recalcar lo que recuerda la psicóloga Macarena Liliana Nuñez: “el descanso en casa es valioso, pero si empieza a dejar fuera vínculos o experiencias importantes, quizá sea momento de preguntarte por qué”. Cuando hablamos de soledad elegida no significa que nunca estemos con nadie, sino que valoramos y buscamos pasar tiempo a solas y ese tiempo, nos ayuda a nuestro desarrollo personal.
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