Sara Flamenco

Tener una buena calidad del sueño no sólo consiste en dormir muchas horas, sino en descansar bien las horas que estás dormido para despertar con energía. Eso no siempre es fácil, y los despertares nocturnos u otras eventualidades pueden hacer que te despiertes agotado, aunque hayas dormido entre las 8 y 9 horas recomendadas.

Para evitarlo, los expertos en sueño han desarrollado una teoría que tiene que ver con los ciclos naturales del sueño, para conseguir acompasarlos con nuestro propio descanso. Se llama la regla de los 90 minutos y tiene como objetivo mejorar el descanso, aunque a efectos prácticos, duermas menos tiempo.

Qué son los ritmos circadianos

Para entender esta regla, primero tienes que tener claro qué son los ritmos circacianos. Se trata de ciclos biológicos de los seres humanos que duran 24 horas y que tienen que ver con el movimiento de rotación de la Tierra. Entre otras cosas, regulan los horarios de sueño, la alimentación, la producción hormonal y la temperatura corporal.

Como hemos dicho, el ciclo del sueño viene determinado en gran medida por los ritmos circadianos y conseguir introducirlos en nuestro descanso puede mejorar tu calidad del sueño. Según afirman los expertos, cada uno de estos ciclos dura 90 minutos, por lo que debes conseguir ajustar tu descanso a un múltiplo de este número para despertar justo al final de uno de esos ciclos.

En qué consiste la regla de los 90 minutos

Antes de empezar, hablemos de las fases del sueño. Hay cinco: adormecimiento, que es el momento en el que se empieza a sentir somnolencia; sueño ligero, cuando las ondas cerebrales se vuelven más lentas; transición a sueño profundo; sueño profundo; y sueño REM, que es el momento de mayor descanso y donde se producen todos los sueños.


El descanso es primordial para la salud.


Foto de Pixabay en Pexels.


Se supone que cada noche tenemos entre cuatro y seis ciclos del sueño, y la regla de los 90 minutos se basa en este proceso, siguiendo la idea de que lo mejor para optimizar el descanso es despertar al final de la fase REM. Parece ser que, si despertamos entonces, nos sentiremos más descansados.

Haciendo cuentas, lo mejor sería que una persona despertará después de una hora y media, tres horas, cuatro horas y media, seis horas, siete horas y media o nueve horas después de que comenzara el sueño. Si se levanta en ese momento, cuando la fase REM se haya completado por completo, el despertar será mucho más placentero.

Si por el contrario, despiertas cuando todavía estás en la fase de sueño profundo, te sentirás más cansado, aunque hayas pasado varias horas en la cama. Por esa misma razón, si te echas una siesta, es mejor que sea de 25 minutos, cuando todavía no has entrado en fase REM, que de una hora, cuando estás en mitad del sueño más profundo.

Pero claro, no siempre es fácil acertar con la hora a la que poner el despertador porque sabes a la hora a la que te metes en la cama, pero no cuando te duermes. Para solventar ese problema, siempre puedes tirar de aplicaciones destinadas a cumplir esta regla de los 90 minutos recomendada por expertos.

Estas apps detectan cuándo entras en la fase REM basándose en los movimientos que haces, por lo que puede despertarte cuando se hayan cumplido 90 minutos de sueño profundo. De este modo, conseguirás levantarte justo en el momento correcto para despertar con energía y afrontar el día con ganas.

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