Al final del día, muchas personas buscan estrategias para conciliar el sueño más rápido y despertar con mayor energía. Desde rutinas relajantes hasta el control de la luz azul, abundan los consejos sobre cómo mejorar la calidad del descanso. Sin embargo, una de las prácticas más placenteras y naturales sigue siendo poco mencionada: la intimidad sexual antes de dormir.
Más allá del bienestar emocional, recientes hallazgos científicos están empezando a revelar beneficios concretos en la calidad del sueño y en cómo nos sentimos al despertar después de una apasionada noche en pareja.
Un estudio realizado por investigadores de la Central Queensland University y Flinders University en Australia, monitoreó a siete parejas heterosexuales durante 11 noches consecutivas. Cada noche, alternaron entre tres condiciones: sexo en pareja, masturbación individual o ninguna actividad sexual. Utilizando dispositivos de polisomnografía, se midieron parámetros objetivos del sueño como la eficiencia del sueño y el tiempo despierto durante la noche.
Los resultados mostraron que tanto el sexo en pareja como la masturbación redujeron el tiempo que los participantes pasaban despiertos después de quedarse dormidos y mejoraron la eficiencia del sueño. Aunque las actividades sexuales retrasaron la hora de acostarse hasta 30 minutos, esto se compensó con un sueño más eficiente y menos interrupciones nocturnas.
La ciencia nos dice porqué
Aunque es conocido y demostrado que el orgasmo libera hormonas como la oxitocina y la prolactina, conocidas por inducir relajación y somnolencia, este estudio saca a relucir el hecho de que, después de un orgasmo tras un encuentro sexual en pareja, hay una concordancia de las etapas del sueño entre los involucrados: es decir, hay evidencia científica que las parejas están ‘sincronizadas’ cuando duermen juntos después de tener relaciones sexuales.
Sumado a ello, la oxitocina fortalece el vínculo emocional entre las parejas, lo que puede contribuir a un sueño más reparador. No por nada la conocemos como ‘la hormona del vínculo‘, cuyos niveles se elevan después de la relación sexual. Y por si fuera poco, esta hormona se ha asociado con una mayor calidad de vida, niveles más bajos de cortisol (hormona que provoca el estrés) y una mejor calidad del sueño en hombres y mujeres.
A pesar de que el estudio tiene limitaciones como un tamaño de muestra pequeño y el análisis sólo en parejas heterosexuales, sus hallazgos sugieren que la actividad sexual antes de dormir puede ser una solución natural y efectiva para mejorar la calidad del sueño y el bienestar general, lo que se convierte en una alternativa mejor a las pastillas y los tés.
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