
La tiroides, con su forma de mariposa y ubicada en la base del cuello, produce hormonas clave que afectan prácticamente a todas las células, tejidos y órganos del cuerpo. Aunque apenas pesa 25 gramos, las hormonas tiroideas que genera tienen un impacto fundamental: regulan el metabolismo y desempeñan un papel vital en la energía, el crecimiento y el ritmo cardíaco. Por eso, cualquier alteración en su funcionamiento puede afectar considerablemente nuestra salud.
Sin embargo, los problemas tiroideos muchas veces no reciben la atención que merecen, a pesar de su alta prevalencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que unos 750 millones de personas en el mundo padecen algún tipo de trastorno tiroideo, y alrededor del 60% no lo sabe. Los más comunes son el hipotiroidismo y el hipertiroidismo, aunque también deben considerarse los nódulos tiroideos, benignos en la mayoría de los casos pero que requieren evaluación médica.
Hipotiroidismo e Hipertiroidismo: síntomas y tratamiento
El hipotiroidismo ocurre cuando la producción de hormonas tiroideas es insuficiente. Puede clasificarse en primario (por disfunción de la glándula), secundario (por alteración de la hipófisis) o terciario (por trastornos en el hipotálamo). Los síntomas iniciales suelen ser sutiles e inespecíficos: fatiga, aumento de peso, caída del cabello, constipación, intolerancia al frío y alteraciones menstruales.
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Por otro lado, el hipertiroidismo implica una actividad excesiva de la glándula, lo que eleva la producción hormonal. Esto acelera el metabolismo, generando pérdida de peso, ansiedad, insomnio, taquicardia, sudoración, debilidad y sensibilidad al calor. Su impacto en la calidad de vida puede ser significativo.
Las causas más comunes incluyen enfermedades autoinmunes como la Tiroiditis de Hashimoto (hipotiroidismo) y la Enfermedad de Graves (hipertiroidismo). En el caso del hipertiroidismo, el tratamiento puede incluir fármacos antitiroideos, yodo radiactivo o cirugía, según cada situación.
El 10% de la población argentina tiene hipotiroidismo y el 2% hipertiroidismo.
Nódulos tiroideos
Los nódulos tiroideos pueden estar o no asociados a alteraciones funcionales de la glándula. La ecografía tiroidea es fundamental para evaluar sus características, pero en la mayoría de los casos se requiere una punción con aguja fina (PAAF) para determinar si se debe operar o simplemente realizar seguimiento.
En algunos casos seleccionados, especialmente si se trata de nódulos pequeños y bien delimitados, se puede proponer una estrategia de vigilancia activa, con controles periódicos y sin necesidad de intervención inmediata. Esta alternativa evita procedimientos innecesarios y permite un abordaje más cuidadoso.
Cabe destacar que cada persona recibe un tratamiento personalizado, en función de diversos factores individuales como la edad, las comorbilidades, las características del nódulo y las preferencias del paciente. La decisión final debe estar a cargo del médico tratante, evaluando la historia clínica completa.
Estrés, inmunidad y disfunciones tiroideas
El estrés crónico puede influir en el sistema inmune, debilitando las defensas o provocando reacciones autoinmunes. En personas predispuestas, puede desencadenar Enfermedad de Hashimoto o Enfermedad de Graves, afectando la función de la glándula. También existen formas de tiroiditis subaguda, generalmente tras infecciones virales, que cursan con dolor cervical, una fase de hipertiroidismo seguida de hipotiroidismo, y eventual recuperación.
En mujeres, el postparto es otro momento de riesgo para el desarrollo de tiroiditis autoinmune. Asimismo, ciertos medicamentos como la amiodarona o el litio pueden alterar la función tiroidea, siendo necesario un control médico continuo
Cáncer de tiroides
El tratamiento del cáncer de tiroides ha evolucionado en los últimos años hacia un enfoque más conservador y personalizado, especialmente en los casos considerados de bajo riesgo. Hoy se prioriza evitar tratamientos innecesarios sin comprometer la eficacia, lo que se traduce en:
- Intervenciones menos invasivas, como la lobectomía en lugar de una tiroidectomía total.
- Seguimiento activo en microcarcinomas bien delimitados.
- Menor uso de yodo radiactivo, solo cuando está claramente indicado.
- Tratamientos ajustados al perfil individual del paciente: edad, tamaño del tumor, comorbilidades, y deseos del paciente.
Estas estrategias están respaldadas por sociedades médicas internacionales como la American Thyroid Association (ATA), cuyas guías de manejo de 2015 y 2022 promueven una evaluación individualizada en cada caso, reduciendo el sobretratamiento cuando no es necesario.
Conciencia, actualización médica y prevención
Como médica endocrinóloga, considero fundamental promover la conciencia sobre la importancia de la tiroides y su impacto en la salud integral. Una comunicación abierta entre profesionales y pacientes permite detectar síntomas a tiempo y diseñar tratamientos personalizados.
Este Día Mundial de la Tiroides, los invito a reflexionar sobre el rol vital de esta pequeña glándula, a reconocer sus posibles alteraciones y a comprometerse con controles periódicos que nos permitan cuidarnos mejor. La actualización médica continua y la educación son claves para un diagnóstico temprano y un tratamiento eficaz.
*Endocrinóloga (M.Nº 62441), Directora de Maffei Centro Médico e Investigación Clínica Aplicada.