Sara Flamenco

En un ambiente de trabajo no siempre puedes llevarte bien con todo el mundo, pero cuando esa mala relación es con tu jefe
, la cosa se pone peor para ti. Y es que es él quien tiene el poder en el ámbito laboral, por lo que debes medir bien cómo gestionas los conflictos para no terminar con un problema.

Eso no significa que pases por alto faltas de respeto o injusticias hacia ti, pero sí que seas listo y
lo gestiones con mano izquierda. Haz tu trabajo con profesionalidad y dirígete a tu superior con respeto pero de manera firme
, defendiendo tu posición con la seguridad que te da el saber que has hecho las cosas bien.

No siempre es fácil. De hecho, una mala relación con tu jefe puede generarte problemas de ansiedad que lleguen hasta tu vida personal generando incluso síntomas físicos. Agotamiento constante, desgaste psicológico, apatía, falta de motivación, aparición de otras enfermedades o incluso sufrir de depresión.

La situación puede hacerse tan insostenible, que muchas personas prefieren abandonar su puesto de trabajo antes que afrontar este tipo de situaciones. Pero para que la sangre no llegue al río y
consigas lidiar con un jefe tóxico, hemos recopilado una serie de herramientas prácticas que pueden ayudarte.

Herramientas prácticas para tratar con un jefe déspota

No debes permitir faltas de respeto por parte de tu superior. / Foto de Brooke Cagle en Unsplash.

No hablamos de complejas técnicas psicológicas, sino de algo más práctico y terrenal que puedes poner en práctica en tu día a día. Puedes trasladar estas herramientas a tu vida personal, aunque lo cierto es que tus otras relaciones no deberían basarse en la jerarquía, como sí ocurre con tu jefe. Estas son las herramientas recomendadas:

1. Documéntalo todo: tu jefe tiene la sartén por el mango, por lo que es vital que recopiles tantas pruebas como sean necesarias para poder demostrar los hechos que ocurren. Correos electrónicos, mensajes de whastapp o incluso grabaciones de audio pueden valer para que crean tus palabras.

2. No te dejes llevar: si te están violentando verbalmente, es normal que caigas y reacciones elevando el tono de voz, pero lo mejor es mantener la calma. De este moso, no tendrán nada que reprocharte, pero también puedes servir como espejo haciendo que el otro se calme y recupere la compostura.

3. Habla con Recursos Humanos si es necesario: teniendo en cuenta que se supone que ellos son los expertos en gestionar crisis entre personas, y que deberían tener un coportamiento imparcial, lo ideal sería poner en sus manos la mala relación con tu jefe para que no acabe afectando al resto del equipo o al trabajo en sí.

4. Practica la empatía: muchas veces, tu jefe tira de galones porque se siente inseguro ante tu valía, como si fueras a ocupar su puesto si valora lo que haces. Para evitar una mala relación con él, ponte en su lugar para tratar de comprender sus razones, lo que no significa que debas tolerar faltas de respeto, por supuesto.