Córdoba, como plaza futbolística del interior del país, se merece un título como el que acaba de conquistar Talleres de Córdoba al eliminar a River Plate en el partido final de la Supercopa Internacional disputada en Paraguay.
Córdoba compite con Rosario, no en títulos ganados en la máxima categoría, pero sí en popularidad y convocatoria. El fútbol, en general, se vive y siente con pasión en la Argentina, y las provincias, en este caso cosmopolita como Córdoba, son una muestra.
Talleres, en primer lugar, y Belgrano e Instituto, respectivamente, juegan con estadios llenos (o casi) todos los domingos, lo que convierte a la Provincia en un espectáculo desbordante de pasión, además de un gran negocio. Claro.
El título que acaba de conquistar el albiazul es importante por varias razones:
Porque jerarquiza a Córdoba como plaza del interior.
Porque se impuso a un cotizado (aunque devaluado futbolísticamente) River Plate (el más ganador del país)
Porque es el primer título de AFA conseguido en 112 años de vida
Porque extirpa de su cuerpo esa espina lacerante que arrastraba hace casi 50 años por la finalísima del Nacional del 78 perdida increíblemente ante Independiente cuando parecía cantada la gloria.
Y porque el apoyo innegociable y leal de su gente se merece esto y mucho más.
La victoria es importante además porque opera como un bálsamo en momentos en que la parcialidad suplicaba por un título para curar las heridas abiertas por las frustraciones pasadas. Vivió avisando y arañando pero sin nunca alcanzar la gloria.
Ahora los hinchas exigirán más de cara al campeonato y al comienzo de la Libertadores. Y está bien que así sea, porque hay material y sobra ACTITUD (el plus de ayer para eliminar a River) para seguir ilusionándose ante los nuevos desafíos.
Foto del imponente festejo de los hinchas en San Juan y Vélez Sarsfield.
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