Hay un tipo de blockbuster que se ha mantenido incluso antes de que la cultura popular acuñase ese término. Uno que establece un buen punto de unión entre géneros como las aventuras por el mundo, la acción, el suspense/terror y el romance. Películas muy “peliculeras” y muy disfrutables, que tienen factura diferente según la época en la que están hechos. Y ‘La momia’ es un buen exponente de su época.
Aventuras y peligros en Egipto
El increíble rescate del clásico monstruo de Universal ofrece aquí tantas aventuras apasionantes como romance intensificado por sus protagonistas Brendan Fraser y Rachel Weisz, que han dado con una pareja icónica para toda una generación (lo que la hace inesperadamente idónea para San Valentín). Ambos brillan de la mano del director Stephen Sommers en un espectáculo que se puede ver en streaming a través Netflix, pero sólo hasta el próximo 15 de febrero (también se puede ver en Amazon Prime Video y en Filmin).
En las ruinas egipcias de ruinas de Hamunaptra yace un peligro inesperado. El aventurero Rick O’Connell y la egiptóloga Evelyn Carnahan acuden allí esperando encontrar hallazgos desconocidos, pero lo que se toparán será la tumba del sacerdote Imhotep, que siglos atrás fue maldito por sus indiscreciones y ahora regresa como una poderosa momia que amenaza al mundo entero.
Es fácil ver la inmensa influencia en una película como esta de la exitosa franquicia de Indiana Jones (ya de por sí influenciada por cine de aventuras con romance muy clásicos), que marca a cineastas especializados en el espectáculo hollywoodiense como Sommers. Fue una astuta manera de distanciarse de los regresos de los monstruos clásicos de aquella época.
Mientras que otros monstruos recibían un tratamiento más dramático e incluso gótico con su toque de romance, ‘La momia’ de Sommers opta por lo puramente lúdico, más anclado en el blockbuster de acción de la época. Uno que ejecuta con asombrosa eficacia, y también el suficiente sentido de la maravilla para ser recordado con cariño.
Sigue funcionando estupendamente, especialmente gracias a unos Fraser y Weisz que venden los vaivenes y la pasión que sienten sus personajes en medio de la aventura. Que su unión sea inevitable por las fórmulas de la época no quita que consiguen hacerla efectiva, convincente, y también lo suficientemente carismática para que muchos de los que la vieron entonces la sigan aplaudiendo.
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