Sara Flamenco

El trabajo, la familia, las tareas del hogar… la mayoría de los días
llegas a la cama exhausta y al día siguiente, más de lo mismo. No es de extrañar que llegue un momento en el que sientes que no puedes más y necesitarías conectarte a la corriente como si fueras tu teléfono móvil.

Conforme vas cumpliendo años, las responsabilidades se multiplican, lo que provoca un estrés continuado que muchas veces no sabemos cómo gestionar
. Y mientras el trabajo se nos acumula y el estrés se adueña de nuestra mente, comenzamos a sentirnos
cada vez más desmotivados, y entramos en un bucle del que resulta difícil salir.

Si ya has llegado a ese punto, quizá ha llegado el momento de parar y hacer algún cambio en tu vida para conseguir vivirla con tranquilidad. Porque no estamos en este mundo para pasarlo mal, trabajar sin descanso y no disfrutar de la vida. Todo debería tener un equilibrio.

Los tres hábitos que reducirán tu estrés

Sólo
cambiando ciertos hábitos de tu día a día puedes conseguir salir del bucle mental en el que has caído debido al estrés. Y de ti depende mantenerte en ese equilibrio y no volver a caer. Te proponemos tres hábitos muy sencillos de seguir que conseguirán llenarte de energía y ver la vida y las dificultades desde otro prisma:

Para recuperar la calma sólo debes cambiar de hábitos. / Foto de olia danilevich en Pexels.

1. Respiración consciente

La respiración es determinante a la hora de relajarte, calmarte y mejorar tu estado de ánimo. Todos respiramos, pero lo hacemos de manera automatica y muchas veces, la respiración superficial, puede aumentar la sensación de estrés. Por eso es importante parar y dedicarte simplemente a respirar de manera consciente.

Tómate un descanso de tus responsabilidades y dedícate únicamente a inhalar profunda y lentamente por la nariz y expulsar el aire por la boca. Así
se reduce el rismo cardíaco y conseguirás liberar el estrés y la ansiedad. También puedes acompañar esta práctica de una técnica de visualización en la que te imagines relajada y en calma para ayudarte a gestionar las emociones.

2. Identifica y ponle nombre a tus emociones

Cuando estés en un punto crítico de estrés, los expertos recomiendan
ponerle nombre a tus emociones para que seas capaz de reconocerlas. Eso te ayuda a gestionar esas emociones incómodas, puesto que el cerebro deja de reaccionar a la defensiva ante ellas porque por fin las reconoce.

3. Escribe tus emociones en un papel

Otro hábito que te resultará muy útil para gestionar el estrés es el de escribir. Párate un momento
, piensa en aquellas cosas que tienes y te hacen feliz y escríbelas en un papel. Eso te ayudará a desmontar los pensamientos negativos, mejorando tu estado de ánimo al instante.

Estos tres hábitos pueden ayudarte en momentos puntuales en los que la saturación mental no te deja seguir adelante. Pero si sientes que estos momentos se multiplican en tu vida, quizá ha llegado el momento de consultar con un profesional o hacer algún cambio en tu estilo de vida. Porque no puedes vivir siempre estresado, poniendo tiritas a esta situación.