Ana Pizarro

Estamos en unas fechas de celebraciones, excesos y de cuidar poco la alimentación. Los primeros días del año siempre están marcados por las comidas copiosas que, a medio y largo plazo pueden hacer que los niveles de colesterol aumenten de forma descontrolada.

Hay varios estudios científicos que han demostrado que las primeras semanas del año (que siguen inmediatamente a las cenas y
comidas copiosas de la Navidad
) los niveles de colesterol ‘malo’ aumentan hasta un 20% de media en la población en general. Si sumamos los esfuerzos y la pereza de la conocida como cuesta de enero, el tiempo para hacer ejercicio puede bajar de manera considerada y, por ende, aumentar el riesgo de sufrir ciertas enfermedades cardiovasculares que se pueden evitar.

«Durante las fiestas navideñas se produce un cambio de hábitos muy significativo que hacen que los niveles de colesterol fluctúen y que puedan incrementarse hasta en un 10%», explica en nota de prensa el doctor Lorenzo Silva, secretario general de la FEC
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Además, es cierto que hay ciertos momentos en los que la dieta tiene que pasar a un segundo plano y en los que, como decimos, la alimentación se cuida un poquito menos. Aunque es cierto que siempre podemos aprovechar las celebraciones como Navidad o Año Nuevo para poner encima de la mesa recetas y platos saludables e igual de ricos que los canapés de toda la vida, también podemos tener en cuenta según qué trucos para seguir comiendo de todo (de manera puntual) y evitar que el colesterol sufra.

Cómo evitar que aumente el colesterol con las comidas copiosas

Es cierto que, como decimos, a veces es inevitable comer de forma copiosa y sentir la digestión pesada durante las horas posteriores. Aunque es cierto que lo que comamos en quince días al año que dura la Navidad no va a condicionar nuestra dieta (si tenemos en cuenta una alimentación saludable), también es cierto que existen algunos trucos para seguir cuidando el colesterol, aun cuando comamos en exceso o alimentos cocinados de forma poco ligera.

Tomar un té verde después de comer para reducir el colesterol

Estamos seguros de que muchas personas, sin ser conscientes de que esto podría ser de ayuda para mantener a raya el colesterol, ya toman un té verde (u otra infusión) después de las comidas. Aunque cualquiera puede ayudarnos con las digestiones pesadas, el té verde en concreto está lleno de antioxidantes como las catequinas, sobre todo la epigalocatequina que, según estudios científicos, neutralizan los radicales libres y son absorbidas por el intestino delgado desde donde pasan a la sangre. Además, estas también contienen propiedades antiinflamatorias que reducen esa grasa en sangre y, por ende, protegen de enfermedades cardiovasculares a largo plazo.

Por si esto fuera poco, tomar un té verde después de comer también ayuda a la oxidación de grasas gracias también a sus antioxidantes.

Según los expertos, con dos tazas al día de té verde sería suficiente para obtener beneficios.

Cómo tomar limón para reducir el colesterol en sangre

El limón es uno de los cítricos ‘tocados por la mano de Dios’ en lo que a propiedades beneficiosas se refiere. Está lleno de vitaminas, minerales y pocas calorías que ayudan a purificar la sangre y a proteger las arterias y las venas. De hecho, hay quien dice que es prefecto para ‘limpiarlas’ de esa grasa mala que es el colesterol.

Tomar un vaso de zumo de limón rebajado con agua después de comer es perfecto para ir reduciendo las posibilidades de que el colesterol aumente, pues evita que las arterias se taponen con el exceso de lípidos y grasas que reciben después de las comidas. Ahora bien, intenta, como decimos, que el zumo de limón siempre esté rebajado con agua, pues por sí mismo es bastante ácido y puede terminar por provocar alguna molestia estomacal; además, tampoco es bueno tomar zumo de limón en ayunas
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