Sara Flamenco

Llega la Navidad y las temidas comidas familiares en las que siempre estalla una bomba nuclear. Parece que hay ciertos personajes dentro de toda familia (lo que comúnmente se denomina cuñado) que está esperando a estos momentos para tocar temas sensibles que siempre acaban en discusiones.

¿Y qué haces tú para que eso no ocurra? Callarte tu opinión y envenenarte poco a poco repitiendote como un mantra que sólo es una vez al año. Pero hasta aquí hemos llegado. Hemos hablado con la psicóloga y directora clínica de Unobravo, Silvia dal Ben
, para que nos de unos trucos para gestionar estos momentos incómodos
.

La experta nos da varias razones por las cuales hay más conflictos en Navidad. Para empezar, porque estamos con gente con la que normalmente no estamos. «Esto puede poner a prueba la tolerancia y los límites personales, especialmente si hay diferencias de valores o estilos de comunicación«, nos cuenta.

Por no hablar, claro, de los típicos temas tabú que suelen generar tensión como pueden ser
la política y las creencias personales. «Si estos debates no se manejan desde el respeto pueden escalar con rapidez, especialmente en contextos familiares donde hay una historia previa de desacuerdo», asegura Silvia dal Ben.

Conflictos pasados que no se han solucionado, críticas hacia la vida de los demás, comparaciones absurdas… hay varios focos que pueden generar agrias discusiones que, además pueden verse intensificadas por el consumo de alcohol tan típico de estas celebraciones que «pueden disminuir los filtros sociales y emocionales».

Aprender a gestionar desde la calma a un familiar patoso, es clave. / Foto de fauxels en Pexels.

Cómo manejar al típico familiar busca broncas

Siempre existe el típico familiar que parece que disfruta de sembrar la discordia. «Parece que has engordado», «¿No vas a encontrar trabajo nunca?», «Mi hijo a la edad del tuyo ya sabía leer»… comentarios que saben a ciencia cierta que van a provocar una discusión y, aún así, los hacen igual. «
Responder con tranquilidad contribuye a desescalar el conflicto y evita que la tensión aumente
«, aconseja la experta.

«Una estrategia efectiva puede ser
cambiar de tema, hacia algo neutral o positivo. Además de señalar, de forma respetuosa, que la conversación está yendo por un camino no deseado«, continúa. Puedes probar a tirar de humor para destensar la situación y no entrar en conflictos innecesarios que no van a llegar a nada.

«Si aun así la situación se intensifica, puede ser útil
invitar a la persona a tomar un momento para relajarse«, recomienda dal Ben. Eso si, la experta aconseja no aliarte con otro miembro de la familia para ir contra el pariente pesado, ya que podría aumentar la polarización y que la discusión se vaya de las manos.

Y por último, también puede estar bien preparar la situación previamente. «Si sabemos que un familiar tiende a generar conflictos, se puede hablar con él para invitarlo a mantener un ambiente armónico», aconseja. O también es útil establecer ciertas normas familiares para la cena, como evitar temas delicados.

Cómo expresar tu opinión de manera respetuosa

Pero callarte siempre tu opinión para no generar conflicto, puede provocarte una úlcera. No debes callarte, sólo aprendar a expresarla de manera respetuosa, con honestidad, empatía y comunicación asertiva. Silvia dal Ben nos da unos pequeños trucos para comunicarnos asertivamente:

Hay que saber cómo expresar tu opinió para no generar conflicto. / Foto de Lisa Fotios en Pexels.

1. Elegir el momento adecuado: Antes de compartir tu opinión, evalúa si el contexto es el adecuado. Si el ambiente está tenso o el tema es delicado, puede ser mejor esperar a un momento más tranquilo.

2. Usar el «yo» en lugar del «tú»: En lugar de señalar o culpar a los demás, enfócate en cómo te sientes o percibes la situación. Por ejemplo: «Yo creo que podríamos intentar…» en lugar de «Tú siempre haces esto mal.»

3. Ser claro y específico: Evita las generalizaciones o comentarios ambiguos que puedan malinterpretarse. Expresa tus ideas de manera concreta, destacando el propósito detrás de ellas.

4. Mostrar empatía y validar a los demás: Antes de expresar tu opinión, demuestra que valoras la perspectiva del otro. Por ejemplo: «Entiendo tu punto de vista, y me gustaría compartir el mío.»

5. Mantener un tono tranquilo y amable: El tono de voz y el lenguaje corporal son tan importantes como las palabras. Hablar pausadamente y mantener una postura relajada contribuye a que tu mensaje sea bien recibido.

6. Evitar la imposición: En lugar de tratar de convencer a toda costa, presenta tu opinión como una invitación a reflexionar o dialogar. Por ejemplo: «Quizá podríamos considerar otra forma de verlo».

7. Aceptar el desacuerdo: Es posible que no todos estén de acuerdo contigo, y eso está bien. Escuchar con apertura y respetar las diferencias fortalece las relaciones y el diálogo constructivo.

8. Agradecer la escucha: Reconocer que los demás te dieron su atención refuerza la interacción positiva. Puedes decir algo como: «Gracias por escuchar mi punto de vista, aprecio poder hablar de esto juntos.»