Sara Flamenco

Desde que te levantas hasta que te acuestas no paras de
atender responsabilidades, ya sean personales, familiares o laborales. Es agotador sólo pensar en todo lo que tienes que hacer para que la rueda siga girando, para que haya comida en la nevera, ropa en los cajones y las bacterias no colonicen tu cocina.

A veces sientes que no llegas a todo
, ¿verdad? Pues haz caso a ese sentimiento. En realidad, no llegas a todo. O llegas, pero
a costa de tu bienestar, tu felicidad y tu salud mental. Para poder tener todo esto hecho y no perderte por el camino, la psicóloga Patricia Ramírez, más conocida en redes sociales como Patri Psicóloga, tiene
la clave: delegar.

Así lo explica en
su libro Cómo tener tiempo para todo: «Delegando no solo te liberarás tú, sino que permitirás que en muchas ocasiones los que te rodean adquieran autonomía y se sientan motivados, tanto en el trabajo como en tu familia», explica.

Control y culpa, los dos principales problemas

Pero, ¿cómo llegar a ello? Porque soltar las riendas y cederle el mando a otra persona, da mucho vértigo. «Tú quieres controlarlo todo porque el control te da seguridad», afirma Patricia. Seguridad de que las cosas se van a hacer y, además, se van a hacer bien. Y bien de una manera subjetiva que significa tal y como lo hago yo.

Pero el problema no es sólo soltar el control, sino también el sentimiento de culpa que surge cuando pasas al otro tareas que, en tu cabeza, deberías hacerlas tú. Para ello, la experta también tiene la respuesta: «Aprende a convivir con la culpla».

Este concepto es curioso, puesto que siempre te dan razones objetivas por las cuales no deberías sentir culpa
. Y tienen razón. Pero la culpa sigue ahí. «Si te pones a trabajar la culpa y hasta que no desaparezca esa culpa no te dedicas tiempo a ti, estás perdiendo el tiempo».

«Si te sientes culpable descansando 15 minutos,
siéntate en el sillón con tu culpa a no hacer nada. Y cuando te acostumbres a convivir con esa sensación llegará un momento en el que desaparezca. Acallar la culpa es muy reconfortante, pero si siempre haces las cosas por no sentir culpa, no vas a descansar nunca. Ojo porque escuchar a la culpa nos lleva a estar totalmente sobrepasadas«, aconseja Patricia Ramírez.

Es vital aprender a delegar sin sentir culpa por no hacerlo todo tú sola. / Foto de cottonbro studio en Pexels.

Consejos de Patricia Ramírez para aprender a delegar

Delegar no es una tarea sencilla. En su libro Cómo tener tiempo para todo, de reciente publicación, la conocida como Patri Psicóloga ha reunido algunos consejos que pueden ayudarte a aprender:

1. Necesitas paciencia, confianza y flexibilidad: delegar implica dejar de hacer algo que ahora controlas, lo que te da seguridad porque sabes que se va a hacer como tú consideras que debe hacerse. Por eso delegar requiere altas dosis de confianza, flexibilidad y paciencia.

2. Delega en la persona adecuada: no todo el mundo vale para lo mismo.

3. Delegar es un proceso: al principio tienes que invertir tiempo en formar a la persona. Es normal que al principio tengas que estar más encima de ella, pero con el paso del tiempo podrá hacerlo sola. Recuerda este principio que dice Patricia Ramírez: «Si solo sabes hacerlo tú, siempre tendrás que hacerlo».

4. Sí, tranquilo, te ahorrará tiempo: «cuando empiezas a delegar tienes la sensación de que delegar y formar a alguien te quita más tiempo que si siguieras haciendo tú esa tarea. Esta sensación es normal y, además, real, pero piensa que los beneficios de delegar son a medio y largo plazo», anima.

5. Al principio no evadas el control de lo que delegas: al principio deberás asumir cierto control sobre la tarea que estás delegando. No transmitas a la otra persona que no confías en ella, sino que sólo vas a acompañarle en el proceso hasta que se sienta segura. Y, poco a poco, ve soltando.

6. Sé compasivo, no castigador: la tarea encomendada tú la tienes automatizada pero la otra persona no, por lo que es fácil que pueda llegar a olvidarse. No te enfades y creas que está eludiendo su responsabilidad, símplemente recuérdaselo y ayúdales a acorddarse por sí mismos.

7. Para delegar, pide ayuda: «Lo más probable es que tu entorno no sepa que estás agotada, que necesitas ayuda, que no llegas a todo», asegura Patricia Ramírez. Por eso es mucho más eficaz pedir ayuda si estás sobrepasada y no pensar que ellos deberían darse cuenta por sí mismos.

8. Aprende a delegar las cargas invisibles: organizar el menú, hacer las llamadas familiares, responder a los chats del colegio, preparar fiestas de cumpleaños… Muchas de estas tareas invisibles, sumadas a las visibles, te llevan a sentirte cansada, triste, irascible, sin tiempo para ti. «Las cargas invisibles no son invisibles para nuestra salud mental. Hablar, repartir, delegar y renunciar forma parte de tu autocuidado», asegura la experta.

«El arte de delegar requiere paciencia, tiempo, formación, compasión y confianza, pero, en el momento en el que delegas y das tiempo,
ganas calidad de vida. Vale mucho la pena«, concluye Patri Psicóloga en su libro Cómo tener tiempo para todo.