La inflamación es un proceso natural que se da en el cuerpo para luchar contra diversas agresiones. Es un mecanismo del cuerpo para curarse a sí mismo. Pero no se debe confundir este proceso, llamado inflamación aguda, con la denominada inflamación crónica
, que se da cuando seguimos una mala alimentación, no practicamos ejercicio, dormimos mal, tenemos demasiado estrés, o diversos hábitos nocivos como fumar o beber alcohol.
Una de las mejores herramientas para evitar la inflamación crónica es la alimentación. Añadiendo ciertos alimentos antiinflamatorios podemos evitar este proceso que contribuye al desarrollo de ciertas patologías no transmitibles, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y el deterioro neurocognitivo.
Las denominadas dietas antiinflamatorias están compuestas por ciertos alimentos con gran potencial para paralizar este proceso. Alimentos llenos de ciertos nutrientes como polifenoles, antioxidantes o ácidos grasos Omega-3 que contribuyen a que tu organismo funcione a la perfección.
Los alimentos con gran potencial antiinflamatorio
Arándanos, fresas y bayas en general
Las frutas de piel oscura como arándanos, ciruelas, moras o frutas como las fresas y frambuesas están
llenas de polifenoles. Estos fitoquímicos tienen grandes propiedades antiinflamatorias, por los que es muy beneficioso introducirlas en tu dieta de manera habitual.
Verdura y fruta fresca y de temporada
Las frutas y verduras tienen muy pocas calorías pero muchísimos nutrientes como vitaminas, minerales y fitonutrientes. Contienen grandes concentraciones de polifenoles, lo que les dan sus colores característicos y, lo que es más importante, les proporciona sus propiedades antiinflamatorias.
Pescado graso con Omega-3
Pescados como
el salmón, la caballa, el fletán, las sardinas o el arenque aportan muchísima proteína animal rica en ácidos grasos omega 3. Otras fuentes de proteína animal como la carne de granja contiene más ácidos omega 6 que omega 3, lo que no nos interesa para reducir la inflamación.
Nueces, avellanas y frutos secos naturales en general
Los frutos secos y las semillas contienen una gran cantidad de ácidos grasos Omega-3 y polifenoles, nutrientes ambos muy interesantes para reducir la inflamación. Las semillas de chía, nueces y semillas de cáñamo son fuentes de grasas saludables que deberías añadir a tu dieta antiinflamatoria.
Aceite de oliva virgen extra
El aceite de oliva virgen extra es uno de los protagonistas de la dieta mediterránea, una de las dietas antiinflamatorias por excelencia. Es el mejor acompañamiento para tus ensaladas y
lo mejor es consumirlo en crudo para aprovechar todos sus poderes antiinflamatorios.
Jengibre, cúrcuma y otras especias y hierbas
El jengibre y la cúrcuma son las dos hierbas con un mayor poder contra la inflamación. Además, el ajo, la pimienta de cayena y el orégano tienen propiedades antiinflamatorias y deben añadirse a los alimentos durante la preparación de las comidas.
Ingesta calórica
Para terminar, la inflamación crónica no sólo se ve afectada por ciertos alimentos, sino también por la ingesta calórica excesiva. El tejido adiposo es un tejido metabólico activo que contribuye directamente a la inflamación crónica, por lo que engordar en exceso es perjudicial.