El otoño ha llegado a la mejor gastronomía y qué mejor momento para degustarla que en el arranque del penúltimo mes del año. Porque son muchos los espacios que han estrenado cartas adaptadas a los productos de temporada, se han sumado nuevos locales a la lista de propuestas culinarias que no te puedes perder y hay proyectos gastronómicos que tienes que probar antes de que termine 2024. Y por eso te traemos 7 restaurantes de Madrid que van a hacer el puente de noviembre más delicioso.
Con el pescado como protagonista o celebrando la temporada de setas, asiático o al más puro estilo madrileño, este fin de semana largo es el mejor momento para hacer un hueco en tu agenda, quedar con la familia y reuniros en torno a una mesa para disfrutar de lo último de la oferta culinaria de la capital. O para tomar el aperitivo con tus amigos. O para organizar esa cena romántica que llevas semanas deseando disfrutar.
Así que toma nota de nuestras recomendaciones de restaurantes para todos los gustos que harán del puente de noviembre una fiesta gastronómica. Siete nombres entre los que, a buen seguro, encuentras tu nuevo restaurante favorito.
Grupeta. Calle Raimundo Fdez. Villaverde, 30.
Una de las últimas aperturas en el barrio de Chamberí es este espacio inspirado en el universo ciclista y que tiene este deporte, en su versión más vintage, como elemento central del concepto. Una propuesta gastronómica sencilla y sin pretensiones que se extiende desde el desayuno hasta la cena y en la que podemos disfrutar, en un excelente ambiente, de una variedad de tostadas para arrancar el día y que a partir de la hora del almuerzo nos propone diferentes elaboraciones para compartir o disfrutar en solitario.
De la gilda de anchoa o boquerón a entrepanes como el mixto de lacón o el grilled cheese con mantequilla de tomate seco, en la carta de Grupeta podemos encontrar platos como la ensaladilla Flandes, torreznos, calamares fritos con mayo kimchi, una fondue de queso con pan tostado o presa ibérica con pimiento asado. Elaboraciones a las que se suman las tablas de queso y embutidos cortados al momento inspirados en las grandes clásicas del ciclismo, como la Vuelta a España o el Tour de France, y una deliciosa selección de postres entre los que destaca su original tiramisú, con vermú y Pedro Jiménez.
Barra Alta. Calle Lagasca, 19.
Aficionado a esas excursiones otoñales en su juventud, cuando madrugaba para ir a recoger setas, el cocinero catalán Dani Roca adapta su exquisita carta al mercado y a la temporada, creando cuatro nuevos platos en los que
las setas son el ingrediente estrella. Y lo difícil es quedarse solo con uno porque todos son deliciosos: setas confitadas con huevo a baja temperatura y butifarra blanca y negra, salteado de butifarra de perol con setas, risotto de setas guisadas cubierto de carpaccio de vieira y toques de pesto de pistacho y croqueta de boletus con velo de papada ibérica.
A estas novedades otoñales hay que sumar elaboraciones que siempre podemos encontrar en su carta y merece la pena disfrutar en cualquier momento del año, como su variedad de ostras, su riquísima ensaladilla con gamba de cristal, su original brioche de calamares, su steak tartar de solomillo clásico o su siempre apetecible pluma de bellota. Una cocina tan sencilla como impecable que siempre tenemos en nuestra agenda de imprescindibles gastro en Madrid.
Cornamusa. Plaza de Cibeles, 1.
El proyecto gastronómico de Manuel Berganza y Jesús Almagro, situado en la sexta planta del Palacio de Cibeles, actualiza su carta y la adapta a la materia prima otoñal, siguiendo con su compromiso con el producto de cercanía. Una carta en la que podemos encontrar la Vianda de cocido madrileño en tres vuelcos, el bacalao confitado y crema ligera de sopa de ajo o la Pularda, panceta y castañeta de wagyu con su consomé.
Entre los entrantes destacan platos como el pollo de corral en pepitoria hecho un canelón y la molleja de ternera glaseada, puré de hongos al ajillo y ensalada de frisée con setas encurtidas. Y si no te quieres quedar sin degustar ninguna de las delicias de este nuevo referente de la cocina madrileña, lo mejor es apostar por su menú degustación, en el que se combinan sus platos clásicos con sus novedades otoñales por un precio de cien euros por comensal.
China Crown. Calle Don Ramón de la Cruz, 6.
Referente de la gastronomía asiática en la ciudad, este restaurante del barrio de Salamanca rinde homenaje a la alta gastronomía imperial china en su carta, que ahora se adapta para llevar al comensal los sabores del otoño más representativos de su saber culinario. Una propuesta en la que podemos encontrar un caldo de boletus y gallina con velo de novia relleno de tofu, rollos imperiales rellenos de shiitake y verduras selectas, dim sum transparentes rellenos de boletus con trufa negra y los Xiao Long Bao de carrillera de vacuno.
Delicias a las que se suma su plato estrella, el Pato Imperial Beijing, cuya elaboración y servicio son todo un ritual y su degustación una experiencia inolvidable. Todo ello lo convierte en uno de los platos más internacionales de la cocina tradicional china, lo que lo hace aún más imprescindible en nuestra visita a este precioso local en el que el sobresaliente servicio siempre añade encanto a la experiencia.
Bistronomika. Calle Ibiza, 44.
¡Reconocido con un Sol Repsol este mismo año, la propuesta gastronómica de Carlos del Portillo celebra la tradición culinaria marinera a través de pescados a la brasa, mariscos y guisos marineros, además de infalibles combinaciones de mar y montaña. En su No carta, pendiente de la disponibilidad y el producto de temporada, encontramos elaboraciones como la kokotxa de merluza a la brasa, demi-glace de manitas y pil pil de su cabeza, el sashimi de peixe madurado y acevichado o la gamba roja brasa de Vilanova i la Geltrú.
El pescado salvaje en brasa de costa o el guiso marinero del día están siempre presentes entre los platos que puede elegir el comensal, que puede comenzar su comida o cena con la solicitada gilda de atún rojo BistronómiKa, su anchoa Getaria sobre pan en brasa o su bocado de alga percebe y caviar ahumado. Y para cerrar el deleite gastronómico, sus postres, con delicias como el tatín de manzanas o el flan de leche de cabra y yemas de corral. Una cocina que conoce y ama su producto y en la que la satisfacción está asegurada.
Monster Sushi. Calle Zurbano, 26.
Tras convertirse en un referente del sushi en Barcelona, Monster ha llegado a Madrid para ganarse el corazón (y el paladar) de los madrileños desde Chamberí. Un restaurante con la calidez de una taberna japonesa, llena de color y con un ambiente a la última, en la que la cocina asiática es la protagonista a través de sushis, makis, rolls y sashimis pero que también cuenta con otras elaboraciones que rinden homenaje a sus inigualables sabores.
Tempuras, snacks como gyozas, alitas y brochetas, ensaladas y elaboraciones «de los fuegos» entre las que encontramos arroces, fideos salteados y carnes como el pollo con salsa teriyaki o el Spicy beef, un solomillo de buey picante salteado con cebollitas, cacahuetes y chili, o sus platos estrella, como el muy recomendable ceviche, su tataki de atún o su pierna de pato crocante. El punto de encuentro perfecto para una cena entre amigos en la que viajarás con el paladar sin salir del corazón de Madrid.
Dante. Calle Santa Engracia, 32.
Con una mezcla de influencias italianas y argentinas, el nuevo proyecto gastronómico del chef Dante Liporace ha llegado hace unas semanas al barrio de Chamberí para sorprender a los paladares más atrevidos. Y es que con creaciones como su Pizza en Copa, elaboración que le llevó a las páginas del NY Times, queda claro que su intención es sorprender y conquistar en cada bocado.
El risotto negro crocante con chinchulines, los Rigatoni Amatriciana con huevo frito o su milanesa de ternera con espuma de provolone, olivas y tomates son algunos de los platos con los que el reconocido chef reinterpreta la cocina italiana y la une a sus orígenes argentinos, dando lugar a una propuesta atrevida y sabrosa que no te dejará indiferente. Y para terminar la velada, las posibilidades son varias pero, tal y como aconseja su atento equipo de sala, nada mejor que su copa de flan con dulce de leche.