“Si Javier Milei termina de debilitar a las manifestaciones callejeras y continúa con sus DNUs y vetos, ¿qué tipo de democracia será? Es decir, Javier Milei es claramente un presidente democrático porque fue electo por el sufragio popular y aún gobierna dentro de los límites de la Constitución nacional. Sin embargo, juega permanentemente al borde de lo permitido y extralimita el régimen presidencialista. Además, con sus agresiones y amenazas a todos los opositores crea un clima de temor que no es propio de una democracia sana”, analizó Jorge Fontevecchia en el editorial de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del miércoles 9 de octubre de 2024.
Vamos a analizar la deriva del Presidente de gobernar a través de decretos y vetos sin importarle demasiado lo que diga el Congreso, o incluso judicializándolo.
Cuando Cristina Kirchner impulsó en el Congreso la ley que planteaba que se requerían dos tercios en ambas cámaras para rechazar un Decreto de Necesidad y Urgencia, no sabía que estaría contribuyendo a que años después, un presidente anarcocapitalista, de signo absolutamente contrario en algunos aspectos e idéntico en otros, pueda llevar adelante el más acelerado cambio jurídico del que se tenga memoria en la historia argentina.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Gracias a la nueva ley electoral que contenía las PASO, se pudo juntar Cambiemos para derrotarlo. Y ahora el voto joven y esta normativa le permitieron a Milei hacer pie en una audiencia electoral gracias a su manejo de las redes sociales, y ahora avanzar con su ambicioso plan de gobierno sin reparar y sin preocuparse demasiado con lo que dice el Congreso, cuyos legisladores son representantes del pueblo.
El Gobierno podría tener los números para mantener el veto al Financiamiento Universitario
En ese sentido, todas las iniciativas del kirchnerismo para perpetuarse en el poder terminaron sirviendo a sus contrincantes para poder desalojarlos del poder y para construir otras corrientes políticas. Una de ellas, el actual gobierno, que comparte el mismo carácter populista que el propio kirchnerismo.
Es interesante este parentesco en las formas entre el kirchnerismo y el libertarianismo, porque encuentran en algún punto contactos y coincidencias inesperadas. En este sentido, recordamos la polémica frase de Máximo Kirchner en el acto de La Plata: “El veto es una facultad constitucional, hay que dejar de patalear.”
Por su parte, una de las cuentas de X atribuidas a Santiago Caputo, hizo un tuit en el que planteó que el problema del kirchnerismo no eran sus formas o su verticalismo, eran sus ideas. En este posteo se señalaba la necesidad de construir un verticalismo libertario y que busque llevar adelante sus ideas a como dé lugar. Es decir, que lo importante son las formas, y no el fondo, en lo que coinciden ambos, en la manera de ejercer y llevar adelante un gobierno.
En la misma línea, para Daniel Sabsay, abogado y especialista en derecho constitucional, gobernar por decreto, justificándose permanentemente en el carácter urgente de las medidas es un atributo de un gobierno populista.
Quien contribuyó con una crítica equilibrada a esta deriva del Gobierno de manejarse con DNU y vetos fue el diputado del PRO ligado a Horacio Larreta, Álvaro González.
Álvaro González alertó sobre el excesivo uso del decreto en Modo Fontevecchia: «Con veto y DNU no hay Parlamento»
Es interesante lo que plantea González. Si el Gobierno avanza con los DNU y veto todo lo que surge del poder legislativo, sólo necesita un tercio en una de las cámaras y no es más necesario el Congreso. Es decir, un tercio para bloquear, en una sola de las cámaras, el hecho de que no pueda ser derogado un DNU y se convierta automáticamente en ley. El Presidente podría tener leyes con solo un tercio de una sola cámara, en absoluta minoría hasta en una sola cámara alcanzaría para que todo lo que el Presidente firme se convierta en ley, una suerte de Bonaparte constitucional.
El secretario general de ATE, Rodolfo Aguiar, daba su opinión sobre la relación que hay entre esta forma de gobernar por decreto y el programa económico de Milei. El 21 de diciembre de 2023, Aguiar sostuvo que las medidas que implementó el Presidente están orientadas a “cumplir con los objetivos económicos que tenía la última dictadura militar” : “El presidente decidió gobernar por Decreto”.
Hay otro gobierno que avanzó en el gobierno por decreto, salvando las distancias, el régimen de Nicolas Maduro . En este sentido, toma relevancia una noticia de hace nueve años sobre la deriva del régimen de Nicolás Maduro, demostrando cómo los extremos se unen. Una periodista venezolana informó en aquel momento que se sancionó una ley que le daba “poderes especiales” a Nicolas Maduro para gobernar por decreto.
Milei judicializa el financiamiento universitario y va al fracaso
Con el DNU 70/23 y los vetos al cambio de fórmula jubilatoria y ahora al financiamiento de las universidades, Milei da la idea de que pretende gobernar con un régimen hiperpresidencialista. Sin embargo, es cierto que se apoya en condiciones previas para poder llevarlo adelante.
Desde el comienzo de nuestra formación jurídica como Estado Nación se impulsó un régimen presidencialista. De hecho el veto presidencial y la necesidad de tener dos tercios de los votos parlamentarios para rechazarlo está presente en la Constitución de 1853.
En sus “Bases y Puntos de partida para la organización nacional”, Alberdi planteó la necesidad de un “presidencialismo fuerte» que suponía al presidente en un papel predominante en el sistema político.
¿Cuánto de este diseño constitucional responde a la necesidad de construir desde cero un poder central y dotar de estabilidad a un sistema político naciente y cuánto nos sirve en este presente de la Argentina con más de 200 años de historia? Recordemos que en aquel momento Argentina estaba absolutamente fragmentada en una confederación de provincias. De hecho, la Constitución tuvo que esperar 6 años para convertirse en una constitución nacional porque inicialmente la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires, podríamos decir hoy la mitad del producto bruto del país, no se habían adherido a ella.
Universidades: a pesar del apoyo del PRO, el Gobierno sigue en poroteo constante
Además, el sistema político presidencialista se combina con otros elementos económicos que se fueron desarrollando y que ayudan a concentrar aún más el poder en el presidente. Muchas de las provincias del interior requieren para su subsistencia económica, es decir para pagar los sueldos a docentes y estatales, los fondos de coparticipación. La forma en la que se asignan estos recursos, le da al Ejecutivo un poder sobre los gobernadores y en particular, sobre sus diputados.
De esta manera, el Ejecutivo se siguió fortaleciendo frente al Congreso, lleno de diputados provinciales ligados a gobernadores que, gracias a la descentralización de la educación y la salud en el menemismo, tuvieron que pagar más sueldos y afrontar mayores costos políticos si las cuentas fiscales no cerraban.
Este estado de cosas hizo avanzar al poder Ejecutivo sobre el legislativo, los sucesivos fracasos de los últimos gobiernos crearon un estado de crisis perfecto para que un outsider como Javier Milei pueda acceder a la Casa Rosada y con pequeños bloques en ambas cámaras, imponer enormes paquetes legislativos como la Ley Bases y el DNU 70/23 y bloquear la Ley que aumentaba los haberes a los jubilados.
Además, y en relación a la ley de financiamiento universitario, el Gobierno planteó que si el veto es rechazado en el Congreso, apelará la ley ante la Justicia. Esto lo planteó el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo en una entrevista para La Nación Más, donde sostuvo que “el gobierno irá a la Justicia si no prospera el veto”, y argumentó que la Ley de Administración Financiera sostiene que el Congreso no puede presentar un gasto sin una contrapartida de financiamiento que lo justifique, algo que es es interesante, porque no hay presupuesto, así que si no se votó el presupuesto por pedido del propio Gobierno en el periodo anterior, ¿cómo el legislativo va a poder decir que la partida de gasto va con la partida de recaudación cuando no hay presupuesto en el 2024? Se empieza a discutir el de 2025, y el ministro asegura que no va a ir al Congreso. El Gobierno busca, con esto, probablemente que se dilate la reglamentación de la ley aprobada por el Congreso y de esta manera haga su voluntad de usar los tiempos de la justicia a favor de él y finalmente no llevar adelante, si el Congreso lograse dar marcha atrás al veto del Presidente, e imponer la sanción que había hecho previamente al veto.
Está claro que ahora la preocupación del gobierno de Milei es la Corte. Sabe que más tarde o más temprano los DNUs y los vetos terminarán allí. Y con esta composición es muy probable que los jueces terminen considerando inconstitucionales los DNU e inconstitucional no cumplir una ley del Congreso cuando fue rechazado un veto presidencial.
Por otra parte, hay otro contrapeso al Poder Ejecutivo que en Argentina siempre fue determinante: la movilización popular. Sin embargo, el Gobierno ha tenido política para desgastarla, atemorizar a los manifestantes y mantiene una amenaza permanente de represión.
El 8 de octubre, el presidente Javier Milei compartió un tuit del usuario @indignado donde “amenaza” a los manifestantes y estudiantes: “Están avisados: después no lloren zurdos y kukas”.
¿Cuántas ganas tenés que tener de ir a una manifestación si el Presidente te considera un “zurdo de mierda” y podés sufrir represión como le sucedió hasta a una nena de 10 años?
A pesar de esto, hoy habrá una importante movilización universitaria al Congreso que partirá de las tomas y vigilias de la UBA y otras universidades. Una gran cantidad de universidades están tomadas, puede terminar en algo parecido a un mayo del 68, en donde en París comenzaron con las universidades y fue la mecha para continuar con toda la sociedad.
Doce universidades fueron tomadas en repudio al veto por la ley de Financiamiento Universitario
Si Javier Milei termina de debilitar a las manifestaciones callejeras y continúa con sus DNUs y vetos, ¿qué tipo de democracia será? Es decir, Javier Milei es claramente un presidente democrático porque fue electo por el sufragio popular y aún gobierna dentro de los límites de la Constitución nacional.
Sin embargo, juega permanentemente al borde de lo permitido y extralimita el régimen presidencialista. Además, con sus agresiones y amenazas a todos los opositores crea un clima de temor que no es propio de una democracia sana y que fomenta las diferencias.
Si veta todo lo que el Congreso sancione por sí mismo y aprovecha con un tercio en solo una Cámara para que no se puedan rechazar sus Dnus, no haría falta el Congreso y el presidente se convertiría en un emperador.
Hay un tema que quizás aquí está latente: el PRO se pregunta si era tan fácil, si pudieron haber hecho lo mismo que hace Milei, pero probablemente la gran diferencia entre aquel Cambiemos del año 2015 y esta Libertad Avanza, es que más allá de sus ideas, en sus formas era un partido y una agrupación de partidos que respetaba el republicanismo, mientras que La Libertad Avanza no lo hace
El periodismo, en estos momentos, es cuando debe ser más valiente, casualmente es otro de los contrapoderes, y contribuir con su crítica equilibrada y lo más objetiva posible a que se fortalezca el sistema democrático y el libre debate de ideas, para que no caigamos en una especie de monarquía, todo lo contrario al liberalismo.
Producción de texto e imágenes: Daniel Capalbo, Pablo Helman y Matías Rodríguez Ghrimoldi.
VFT