
El avance no solo es político o burocrático: es integral. Luego del Decreto 730/2024 publicado en el Boletín Oficial con el que el Gobierno de Javier Milei actualizó su condicionamiento a la AFA para que habilite a las Sociedades Anónimas Deportivas, hay algunos viajes de negocios y comentarios que intentan avanzar por otro lado: el económico.
El mapa es sinuoso, pero fríamente calculado. Mientras el flamante ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, suelta sus intenciones de que capitales privados aterricen en el equipo del que es hincha, Gimnasia y Esgrima La Plata, casi en simultáneo varios medios intentan instalar que Independiente es uno de los clubes codiciados para este desembarco que propicia el Gobierno. En ese marco, este lunes llegará al país Foster Gillett, un magnate estadounidense interesado en sondear los términos y condiciones que ofrece el fútbol argentino.
Después de un sinfín de operaciones y de supuestos intereses que se dieron en estos ocho meses de gobierno, algunos que incluyeron fake news difundidas por el mismísimo Milei o la ministra Patricia Bullrich, Gillett probablemente sea el primer caso de interés real de un empresario extranjero que quiere aterrizar en algún club nacional.
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Quien auspicia su llegada es el empresario Guillermo Tofoni, el histórico organizador de los amistosos de la Selección argentina en el exterior que mantiene, desde los días de euforia por el Mundial de Qatar 2022, una guerra judicial con la AFA. Hasta el momento, todos los fallos de ese litigio fueron favorables a la gestión de Tapia.
Tofoni es uno de los armadores del viejo sueño que tiene Mauricio Macri desde que asomó como presidente de Boca, allá por 1995. Lo intentó dos veces, la última como presidente de la Nación, pero en ninguna pudo torcer la decisión de la dirigencia del fútbol argentino. Por eso este jueves, el expresidente reivindicó lo reglamentado: “Celebro la decisión del Gobierno de permitir la llegada de sociedades anónimas deportivas a nuestro fútbol. Sin dudas es un paso adelante, para tener más inversiones y un espectáculo de más calidad, con mejores planteles y mejores estadios. Ahora es el turno de la AFA, que tiene un año para adaptar sus reglamentos. No tiene sentido resistirse, ¿a qué le tienen miedo?”, escribió en X. La respuesta de Tapia –a Macri y a Milei– no tardó en llegar: “Nos hemos manifestado un montón de veces y, en todas, siempre de la misma manera. Por más que intenten tratar de cambiarnos, con DNU, con decretos, buscando la manera de debilitar al fútbol argentino, para tratar de convencernos de algo que no es para nuestro modelo de fútbol”.
Legajo. Gillett tiene varios antecedentes en la gestión privada en el deporte: acompañó a su padre George, un empresario que amasó su fortuna en el mundo de las finanzas, en una gerencia fallida del Liverpool entre 2007 y 2010, y en el equipo Evernham Motorsports del Nascar, la más popular y poderosa categoría del automovilismo estadounidense. Entre lo más reciente, de acuerdo a lo que publicó L’Equipe, ofreció en 2022 más de 300 millones de euros para quedarse con parte del paquete accionario del Olympique de Lyon.
La de Gillett no será la única visita al país para sondear oportunidades de negocios. Mientras socios e hinchas empiezan a organizarse para enfrentar este nuevo avance, quienes rodean al Gobierno cuentan que en las próximas semanas recibirán a David Richards, el ex CEO de la Premier League. Como pasó otras veces con Javier Tebas, de LaLiga española, la intención es la de asesorar y de explorar las condiciones de un fútbol que, desde hace mucho, se opone a ese modelo.