Pocas cosas se echan tanto de menos fuera de España como nuestra preciadas persianas. Imprescindibles en nuestro país tanto para reducir la luz solar y la temperatura en verano como para mitigar el ruido del exterior dentro del hogar. Incluso para dar oscuridad por la noche cuando nos vamos a dormir. Parece increíble que en otros países no tengan la costumbre de instalarlas. ¿Tal vez sea porque así se ahorran tener que limpiarlas?
Tenemos una mala noticia: deberíamos limpiar las correas de las persianas, al menos, un par de veces al año si queremos que estén limpias y funcionen siempre bien. Porque, sí, otra mala noticia: la acumulación de polvo y suciedad en dicha zona puede provocar que no funcionen como deban.
Por no hablar de lo antiestético y la mala imagen que quedan unas cintas de persiana mugrientas y ennegrecidas por el uso y el paso del tiempo en una casa. Así que coge un estropajo, un producto quitagrasas y jabón de lavavajillas y ponte manos a la obra.
Lo primero es aplicar el spray quitagrasas por toda la superficie de la correa, tanto por la parte visible hacia el exterior, como por la parte trasera que queda oculta.
Dejamos que este producto actúe durante cinco minutos y después pasamos un estropajo humedecido en una solución con agua y jabón. Es importante hacerlo frotando a fondo la correa desde arriba hasta abajo.
Por último, a dejamos secar. Un truco sencillo de limpieza con el que la suciedad y la mugre sale de forma fácil y rápida, que es lo que todos deseamos cuando nos enfrentamos a estas tediosas tareas del hogar.
Foto de portada | Leah Newhouse
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