Hacemos Unidos por Río Cuarto, la versión aliancista del peronismo local, se impone en la elección para intendente en Río Cuarto, capital alterna de la Provincia.
Guillermo de Rivas, el candidato del peronismo aliancista, gana las elecciones y se perfila como el sucesor de Juan Llamosas, según lo determinan los datos oficiales de la Junta Electoral.
Escrutados el 70% de los votos, el peronista llega al 37%; seguido por el radical Gonzalo Parodi con el 24%. Tercera, en tanto, es Adriana Nazario, que alcanza el 21%.
La diferencia es ya irremontable y así lo declaró el Ministro de Gobierno provincial, Manuel Calvo, desde el búnker ganador.
“Estamos en condiciones de decir, de acuerdo a nuestras mesas testigo, que Guillermo De Rivas es el nuevo intendente”, dijo en declaraciones a la prensa. Y dio a entender que la ventaja ya es inevitable: “La diferencia es muy importante, está cercana a los dos dígitos”, aseguró sobre la base de los datos oficiales y de las mesas testigos del partido.
La discreta participación electoral del 55 por ciento, sobre un padrón de 138 mil electores, habría sido determinante para volcar el triunfo a favor del oficialismo local y provincial. Para los opositores, la fecha de la elección en un fin de semana largo conspiró contra una mejor participación.
No obstante, la diferencia de 13 puntos preliminares sobre el segundo competidor en discordia, derrumba los vaticinios de encuestas que pronosticaban un escenario de paridad entre los tres principales competidores. No fue así, por lo que el temor del oficialismo por perder el poder local estaba infundado a partir de sondeos a todas luces erráticos.
El gobernador Martín LLaryora viajaba al lugar para festejar con De Rivas el triunfo. El primer mandatario provincial consigue de esta manera colar un tercer triunfo resonante de la mano del “partido cordobés”, un experimento aliancista con el peronismo como espinel. El primer triunfo fue ganar ajustadamente la provincia, luego Córdoba Capital y ahora Río Cuarto, capital alterna. Son todos porotos para la canasta exclusiva del llaryorismo, que apoyó sin reservas al peronista De Rivas.
De esta manera, la oposición con el radical Parodi y la peronista disidente Nazario (expareja de De la Sota), muerde el polvo de la derrota luego de ilusionarse -¿ingenuamente?- con arrebatarle el poder a la aceitada maquinaria electoral del peronismo gobernante.
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