Al romance histórico de 2006, ‘Tristán e Isolda‘ se le ocurrió contar la colonización Inglesa en Irlanda de forma inversa y fue de bruces frente al público desde el primer minuto. No ayudaba el errático casting de James Franco en el papel protagonista y quizá que aún nadie conocía bien al coprotagonista, Henry Cavill, que no pudo evitar que la película desencadenara la caída de su productora, Franchise Pictures.

Problemas de base, desastre a la vista

Sin ser tan famosa como ‘Romeo y Julieta’ de William Shakespeare, que comparte la idea de los amantes condenados en bandos opuestos de un conflicto, la historia de Tristán e Isolda podría remontarse al siglo VI. La historia básica es bastante sencilla: en la Inglaterra posromana, el caballero de Cornualles Tristán transporta a la princesa irlandesa Iseult para que se case con su tío, el rey Marcos de Cornualles, pero la pareja ingiere una poción de amor y comienza una relación ilícita que les lleva al destierro y a la muerte.

Como suele ocurrir con este tipo de leyendas, existen innumerables versiones con todo tipo de detalles modificados y reinterpretados, pero el marco básico se mantiene en la mayoría de las versiones. Las primeras versiones conocidas de la historia son los romances del siglo XII de Tomás de Bretaña y Béroul, mientras que el Tristán en prosa es una narración más amplia de la historia que la envuelve en la leyenda artúrica. En tiempos modernos, la ópera ‘Tristan und Isolde’ de Richard Wagner dio nueva vida al mito.

Trisytam

La película convertía a los irlandeses en una brutal fuerza colonizadora y el matrimonio de Isolda con el rey Marcos es una forma de negociar la paz, haciendo que la unificación de Inglaterra con un solo gobernante pse miraba de forma épica, ignorando los siglos de subyugación inglesa en Irlanda desde la época del rey Enrique II.  Quizá esto hizo que ‘Tristán e Isolda’ durara un suspiro en cines, quedando en octavo lugar en su fin de semana de estreno con apenas 6,5 millones de dólares con un presupuesto de unos 31 millones de dólares.

No era el riesgo que suele hundir a una productora, pero fue la puntilla final para Franchise Pictures, que aún arrastraba el fracaso de ‘Campo de batalla la tierra’, que supuso un pago por errores de cálculo de hasta 100 millones de dólares. A pesar de estrenar posteriormente ‘Wendell Baker’ (2007), la productora ya estaba condenada por el último fracaso que, al menos, descubrió a una futura estrella llamada Henry Cavill.

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