A no llorar después por Zebolla…

El Muro de los Lamentos de los deportistas está escrito con las más diversas excusas y quejas sin razón. Pero cuando escuchamos a Horacio Zeballos decir que lo apena no ir a los Juegos Olímpicos y “creo que había hecho unos buenos méritos para estar”, no podemos no darle la razón.

Zebolla es el único varón argentino mayor que fue N° 1 del tenis (el 6 de mayo); ni Vilas consiguió llegar a la cima y se quedó N° 2. El marplatense sí la alcanzó, en dobles, al mismo tiempo que su pareja del circuito, el español Marcel Granollers. De más está decir que el ya hoy N° 2 es el mejor doblista nacional en la historia. Pero lo bajaron de los Juegos.

Pese al argumento que pueda dar el capitán Guillermo Coria, es difícil encontrar una razón de nivel tenístico o estratégica para dejar abajo al marplatense, que sí fue a Tokio 2021 y jugó dobles con Molteni (el capitán era Gustavo Macaccio).

El Mago priorizó llevar cuatro singlistas y los doblistas (Molteni y González) que suelen jugar la Davis y son 19° y 20° del mundo. ¿Que no quiere desarmar una pareja? Okey, se la damos, pero cuando se sabe que Argentina va a presentar, además, una segunda pareja de dobles, ya la elección pierde un poco el sentido. ¿Cuál será la segunda dupla? La de los singlistas Cerúndolo y Etcheverry (el último pasajero, el que viaja por Zeballos). ¿Podrían haber jugado Cerúndolo y Zeballos y mandar tres al single? Sí. El zurdo, además, se anotaba en el doble mixto.

Zeballos, ex pareja de dobles de Nalbandian en la Davis, desde el 2022 no juega la Copa pese a alguna convocatoria. Pero ese no es el motivo que le dio Coria. Al menos hasta que el capitán hable, se interpreta que priorizó “su” equipo, los que viene convocando (más allá de los tres primeros singlistas que se ganaron el pasaje por ranking: Báez, Cerúndolo y Navone).

Ojalá que por haber postergado a Zebolla, el mejor doblista argento, no resulte que en París terminemos pensando que “ya es tarde para lágrimas”.