Juan Carlos vuelve a disfrutar de unos días ‘a la española’. Cansado del calor agobiante de Abu Dabi, el emérito regresa por quinta vez en lo que va de año a su rincón favorito de la peníncula: Galicia. Allí le espera su gran amigo, Pedro Campos; y también su mejor aliado, ‘el Bribón’.

El padre de Felipe VI solo desea navegar. Y sí, le gustaría pasar más tiempo cerca de su familia, pero ha encontrado en la mar el consuelo a todos sus males. Cuando Corinna le dio plantón, tomó la decisión de navegar y no ha dejado de hacerlo hasta ahora. Al parecer, todo está listo en Sanxenxo para que Juan Carlos y su velero surquen las aguas.

Y mientras el emérito se lo pasa en grande entre la olas, su equipo de seguridad espera paciente en el puerto. No les queda otra opción. Están a merced de don Juan Carlos y por ello cobran. Acompañan al que fuera monarca en cada momento sin importar el horario, y ahí está el problema.

Juan Carlos Juan Carlos

Al parecer, hay guardia civiles cabreados entre los seguratas de Juan Carlos: «Algunos desplazados desde Madrid, mostraron disconformidad con las horas interminables de servicio que les tocaba y por las rutas que realizaban tras la llegada de don Juan Carlos al municipio…», explican desde Monarquía Confidencial.

«Ayer terminamos a las siete de la tarde, pero hoy pinta que hasta medianoche no acabamos, y eso no puede ser», apuntó uno de ellos al citado medio. Al parecer, «el equipo suele estar integrado por unos diez guardias civiles, que se hospedan en varios hoteles cercanos a la casa de Pedro Campos».

Fotos | Casa Real de España

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