Pobre Muñeco, no pega una. De visitante, se lo empataron a menos de diez minutos para el cierre y no pudo escalar en la tabla de la liga árabe. Sigue quinto con su equipo, cosechando 51 unidades. Muy lejos, por ejemplo, del campeón Al Hilal: 89 unidades.

Y más allá del paso en falso y de la campaña no acorde a las expectativas creadas, en este encuentro se vivió un momento particular con Saleh Al Amri. El volante ofensivo debió ser asistido por un golpe en su cabeza a menos de 15 minutos para el final. Si bien el médico del plantel y el propio jugador le dieron el ok para continuar, Gallardo decidió reemplazarlo.

Al jugador no le gustó ni medio. Se sacó el vendaje de su cabeza, tiró una patada al aire y llegó al banco con una calentura absoluta. Gallardo lo abrazó para tratar de bajar las pulsaciones. El tal Al Amri lo aceptó, aunque se sentó en el banco con cara de pocos amigos. Uf, Muñe.

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