(Mario Albera) Con el voto del kirchnerismo y del senador radical Martín Lousteau (exfuncionario de Cristina K y autor de la polémica resolución 125 que desató la guerra K contra el campo por las retenciones móviles), el Senado rechazó el mega DNU impulsado por Javier Milei para desregular y retirar el peso obeso del Estado en la economía.
Como apunta el editor de política de Clarín en su cuenta de X, Claudio Savoia solo hubo tres veces en que la Cámara Alta rechazó tres DNU y fue cuando gobernaba Mauricio Macri. “En 18 años de vigencia de la ley 26.122 nunca se rechazó un DNU de un gno peronista”, reveló.
El de Milei es el cuarto DNU rechazado por el Senado. Hubo otros 3: todos dictados por el ex presidente Macri. En 18 años de vigencia de la ley 26.122 nunca se rechazó un DNU de un gno peronista
— Claudio Savoia (@claudiosavoia) March 15, 2024
Los senadores cordobeses Alejandra Vigo y Luis Juez votaron con diferencias. La primera se abstuvo con argumentos a favor y en contra del mega decreto, y el segundo apoyó el pedido oficialista de postergar el tratamiento. El discurso de Juez fue de lo más sobresaliente al decir que “el kirchnerismo se quiere anotar una victoria a lo Pírrico” solo para hacer daño.
Al votar en contra, el kirchnerismo y Lousteau usaron como argumento que el DNU 70 “es inconstitucional”, arrogándose facultades judiciales. La facultad para resolver sobre la legalidad de este instrumento jurídico lo tiene la Corte Suprema, no los legisladores.
Pese al traspié, el DNU sigue vigente porque se necesita además el rechazo de Diputados para dejarlo sin efecto totalmente.
El kirchnerismo con su oposición acérrima y sus aliados útiles como Lousteau terminan siendo funcionales al discurso del presidente Milei, quien sobre la votación dijo que “deja en evidencia que hay gente más preocupada en mantener sus privilegios de casta que por sacar a la Argentina adelante”.
La evidencia de que si en 18 años jamás se rechazó un DNU de un gobierno peronista revela los fines inconfesables de los impulsores de este rechazo: impedir, obstaculizar y entorpecer el plan de gobierno trazado por un presidente que solo lleva tres meses en el poder y que la crisis que atravesamos la avisó en campaña. Inflación con recesión igual a estanflación. Los fines son reveladores: lo dijo el jefe de bancada K José Mayans (soldado del feudo de Gildo Isfrán) cuando habló de iniciarle un juicio político a Milei, todo un récord.
Por caso, ninguno de los DNU firmados por Alberto Fernández -acosado ahora por denuncias de corrupción en el caso de los seguros- fue revisado por el Congreso cuando encerró más de lo deseado a los argentinos en sus hogares por el Covid 19 y ejecutó polémicas y millonarias compras de vacunas jamás esclarecidas. Esos claroscuros siguen bien archivados.
Es cierto que el decreto de Milei es voluminoso y avanza sobre reformas legales, laborales, comerciales, etc; pero el argumento de la ilegalidad es facultad judicial, no legislativa.
El kirchnerismo busca de esta manera sabotear el Pacto de Mayo convocado por Milei a los gobernadores para sentar las bases de un acuerdo federal. Está claro que la convocatoria al diálogo de un presidente intransigente descolocó a los representantes legislativos de la “Dekadencia ganada”. ¿O acaso la pobreza estructural fue generada en 90 días de gobierno?
Milei anticipó estar elaborando nueva versión de la Ley Bases de 269 artículos, que configurará una “precondición” para la firma del acuerdo que tendrá lugar en Córdoba.
Los opositores insisten en que pese a la convocatoria al diálogo con los gobernadores, el presidente desprecia el diálogo político. Puede ser. Pero hay una cosa: en Argentina hemos naturalizado diálogo con transa (o sea, trampa) Y si algo mostró Milei, y esa es su fortaleza y diferencia con la política tradicional/profesional y por eso ganó las elecciones por goleada, es que no transa. ACELERA.
Foto del senador k formoseño, José Mayans.
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