El elogio a Leo que interpela a Brasil

Lionel Messi es un ejemplo de superación, persistencia, brillantez y de cómo el círculo virtuoso de un deportista puede cerrar perfecto recién a los 36 años. Leo ya tenía todo en su carrera: solo le faltaba lo que más soñaba, lograr algo con la Selección y de tanto insistir, de tanto no darse por vencido, las alegrías con la camiseta argentina, esa con la que debutó a los 18 años, le llegaron entre los 34 y los 35.

“Un hombre con 36 años de edad fue campeón del Mundo. Ganó en 2021 y también este año el Balón de Oro. ¿Hace cuántos años que Brasil no tiene un ídolo de verdad?”. La frase no es de su amigo Neymar. Es más: pareciera que esa sentencia (ácida) de Lula, el presidente de Brasil, tiene como destinatario a Ney y a otros íconos brasileños. Esos que no han sabido generar esa idolatría inmaculada que sí provoca Messi, a tal punto que fueron muchos los brasileños que hincharon por la Scaloneta en Qatar porque querían ver a Leo campeón del mundo. Eso habla mucho del capitán argentino pero también de la crisis de ídolos en Brasil.

“Debería ser inspiración para esos jugadores que aparecen en la TV y pronto desaparecen por la vanidad y porque no tienen estructura psicológica para crecer. Para esos chicos pintados de oro, chicos de 17 años que son vendidos enseguida”, dijo Lula. Les pegó a los suyos resaltando a Leo, referente de varias generaciones que crecieron con sus proezas en el Barsa.

Qatar 2022 fue la muestra más contundente de que la Pulga es un ídolo universal: llegaban hinchas de todos lados del planeta con la 10 de Argentina solo con la ilusión de verlo triunfar. Quizás eso nos hizo perder el nivel de sorpresa, pero las palabras de Lula no dejan de asombrar. Que lo ponga como modelo en el país en el que nacieron Pelé, Romario, Ronaldinho, Neymar y Vinicius, en la tierra del clásico rival que ganó cinco mundiales, habla de lo que es traspasar una barrera inimaginable.