
Lanús logró este jueves por la noche la primera victoria en 10 fechas de la Copa de la Liga Profesional al vencer como local a Tigre por 2 a 1 y superó a su rival en la tabla de posiciones de la Zona B, complicándolo además con la posibilidad de descender por Tabla Anual, mientras con estos tres puntos aspira a un lugar en la Sudamericana del año próximo.
Cada equipo jugó este partido de acuerdo a lo que pregonan sus entrenadores, y dentro de ese panorama el que lució mejor con la pelota fue Tigre de la mano de un José Paradela en gran nivel.
Claro que a los de Victoria se les suele olvidar en este momento de la Copa de la Liga y del nuevo ciclo de Pusineri tras la partida de Diego Martínez, en el que se mantiene el mismo estilo de buen juego de su anterior entrenador, el arco de enfrente, y eso le está costando demasiados puntos.

A tal punto son tantas la unidades que dejó por el camino el conjunto de Victoria que está último en la Zona B, relegado desde esta jornada a esa posición justamente por Lanús, que al vencerlo sumó recién en esta décima fecha su primera victoria en el torneo.
Y el gran problema para Tigre es que está apenas un punto por encima de Colón en la Tabla Anual, y los santafesinos (se fue el director técnico Néstor Gorosito y puede llegar Israel Damonte) son los que están descendiendo a la Primera Nacional.
En cambio a Lanús, con estos tres puntos la suerte les vuelve a sonreír porque emparejaron a Argentinos y Racing con la misma cantidad de unidades, en la puja por atrapar el último lugar de la clasificación a la Copa Sudamericana 2024.
Y esta noche en Lanús todas estas situaciones quedaron expuestas en la practicidad del local para definir el partido con un gol en cada tiempo, el primero de cabeza de Lautaro Acosta, que con su dedo índice derecho «mandó a callar» a la crítica barrabrava «granate», y el otro del ex Racing, Juan Cáceres, en una jugada de «pizarrón» en un tiro libre.

El descuento del temperamental Abel Luciatti (debió ser expulsado en el primer tiempo por un codazo que le cortó la cara al talentoso Pedro De la Vega) también de cabeza, fue una prueba palmaria de las dificultades que tiene el «Matador» para que anoten sus delanteros o volantes ofensivos, que los tiene, y muy buenos. Pero así están muy complicados.
«Zielinski es un director técnico que trabaja muy bien tácticamente y pretende que nos sintamos cómodos dentro del orden que le inculca al equipo», refirió el «Laucha» Acosta al término del cotejo, después de pedirles a sus compañeros que en la despedida levanten los brazos saludando solamente a la platea y no a la tribuna donde estaba la barra.