Sara Flamenco

Que sí, que no hacemos deporte sólo por adelgazar o mantener el peso, pero es una agradable consecuencia del esfuerzo, para qué engañarnos. Pero claro, si después del entrenamiento nos entra un hambre voraz y deglutimos sin control todo lo que encontramos en la nevera, todo ese trabajo habrá sido en vano.

«Tener hambre después de realizar una sesión de ejercicio, especialmente si la actividad ha sido intensa, puede ser una sensación habitual. Sin embargo, no le ocurre a todas las personas por igual. Este fenómeno dependerá de una serie de factores relacionados con el funcionamiento de nuestro organismo y la reacción de este ante la práctica deportiva«, nos comentan los expertos en fitness y nutrición del Club Metropolitan.

Vale, no le ocurre a todo el mundo pero, a lo que sí les ocurre ¿les puede quedar la esperanza que ese apetito esté relacionado con la cantidad de calorías que han quemado? «Esta sensación no está tan vinculada a la quema de calorías, sino que sucede debido al descenso de los niveles de glucosa (azúcar) en sangre, que nos proporcionan la energía inmediata, presentes en el glucógeno muscular. Este descenso de azúcar en nuestro organismo provoca la movilización de nuestra reserva y despierta esta sensación de hambre en nuestro cerebro«, aseguran los expertos.

Pues que bien, ni ese consuelo nos queda. Lo bueno es que, aunque sientas que podrías comerte un caballo después de entrenar, si eliges bien los alimentos que consumes no tiene por qué ser preocupante para tu dieta. Para ello, los expertos del Área de Nutrición de Club Metropolitan nos dan sus recomendaciones.

Qué comer después de entrenar para no engordar

«Es importante que, si nos alimentamos de forma inmediatamente posterior a la realización de ejercicio físico, lo hagamos de forma saludable, no solamente respecto a los nutrientes que vamos a incorporar, sino también en cuanto a la forma de hacerlo«, apuntan. Toma nota de sus consejos y ponlos en práctica:

Mujer joven cocinando después de su entrenamiento. / Imagen de Drazen Zigic en Freepik.

1. Añade proteínas a tu dieta: «Es importante priorizar proteínas de calidad como las que nos proporcionan alimentos de origen animal, como el huevo, el pescado o los yogures; o vegetal, como el tofu o las almendras, para ayudar a la recuperación muscular«, nos aconsejan los expertos.

2. No le tengas miedo a los carbohidratos: Aunque creas que los carbohidratos te harán engordar, el truco está en elegir aquellos que provengan de productos con baja densidad calórica, como pueden ser las frutas. Ingerir este tipo de alimentos también te ayudarán a la recuperación y no añadirán calorías vacías a tu alimentación.

3. Alimentos a evitar: Debemos evitar aquellos alimentos que nos proporcionen una falsa sensación de saciedad y que, además, nos reintegren buena parte de las calorías que hemos quemado durante el ejercicio. Es el caso de la bollería, los dulces y las galletas con un alto nivel de azúcar o las carnes procesadas, como los embutidos.

4. Cuándo ingerir alimento: «No es necesario ingerir alimento de forma inmediata a la realización del entrenamiento. La ventana anabólica, el periodo de tiempo posterior a una sesión de actividad física en el que se recomienda la ingestión de nutrientes, no es la misma en todas las personas, varía en función de la dieta habitual y puede extenderse
hasta 30 o 40 minutos después del ejercicio«, nos dicen los expertos de Metropolitan.

¿Y antes de entrenar? Los expertos nos aconsejan comer algo antes de realizar ejercicio, sobre todo si llevas más de 10 horas sin comer. Ante la duda, siempre es mejor ingerir algún alimento antes de entrenar que ir sin comer nada, y así asegurar las demandas energéticas que nuestro organismo requiere durante la práctica deportiva.