Tengo bastante claro que ‘La Unidad’ es una de las mejores series originales de Movistar+, en especial por su estupenda segunda entrega en la que ampliaba las virtudes de la primera y ofrecía un thriller vibrante y adictivo que dejaba con ganas de más. Eso finalmente se ha concretado con ‘La Unidad: Kabul’, en la cual optan por no repetirse y trasladan la acción a Afganistán en la época en la que los talibanes recuperaron el control del país tras 20 años en guerra.
Esa decisión por parte de Dani de la Torre (‘El desconocido’) y Alberto Marini (‘Summer Camp’) es bastante inteligente para lidiar con el hecho de que apenas quedan aquí tres personajes de las dos anteriores entregas. De hecho, ‘La Unidad: Kabul’ se siente más como una «aventura» aparte en la que coincide que volvemos a ver a Nathalie Poza, Marian Álvarez, Fariba Sheikhan y Michel Noher que en una prolongación de lo que habíamos visto hasta ahora.
En el infierno talibán
Eso sí, ‘La Unidad: Kabul’ exprime al máximo el hecho de contar con cuatro personajes, optándose por crearse varias subtramas para ofrecer así una visión más variada y completa del caos que fue todo lo que precedió a que los talibanes recuperan el control de la capital afgana. Obviamente, no faltan los apuntes sobre cómo afectó eso a la sociedad de ese país, especialmente a las mujeres, incluyéndose por ahí una subtrama quizá un tanto obvia en sus intenciones, pero no por ello menos intensa y certera. Cero dudas de que varias personas tuvieron que enfrentarse a ese tipo de situaciones y que la gran mayoría no salió precisamente bien parado de ello.
Sin embargo, el verdadero foco de ‘La Unidad: Kabul’ está en los esfuerzos de Carla (Poza) por rescatar a sus antiguos compañeros Marcos (Noher), Miriam (Álvarez) y Najwa (Sheikhan), ofreciendo una visión diferente del conflicto en función de qué personaje aparece en escena en ese momento. De los tres, creo que la trama que menos brilla es la de Marcos, ya que el intento de dotar de cierta conciencia humanitaria a su huida en una situación tan complicada lleva a que resulte menos frenético sin que el toque emocional que aporta llegue realmente a enganchar.
Ahí es donde la subtrama afgana que mencionaba antes sí funciona bastante mejor, haciendo inevitable la comparación pese a que ambas tiren de situaciones diferentes para intentar dotar a ‘La Unidad: Kabul’ de un mayor vigor dramático. En este caso se siente más como una forma de estirar su odisea personal que como algo que realmente impacte por su calado emocional. Con eso no quiero decir que pinche en hueso, pero sí que funciona a un nivel inferior al resto pese al buen hacer de Noher.
Y es que la otra trama de campo resulta mucho más estimulante, ya que ahí la sensación de peligro es mucho mayor, lo cual lleva a que encontremos ahí algunas de las escenas más poderosas de todo ‘La Unidad: Kabul’. Es cierto que el despliegue nunca llega a ser tan impresionante como el mostrado en instante puntuales de las dos primeras temporadas -aunque ojo al final del segundo episodio-, pero a cambio hay una consistencia mucho mayor a la hora de meternos en una situación límite y mantenernos en la misma tensión que a sus protagonistas. Ahí ayuda mucho el cambio en la actitud del personaje de Miriam cuando pasa a ser plenamente consciente de la situación en la que se encuentra metida.
A ese respecto conviene destacar que el trabajo de ambientación resulta impecable para que uno realmente sienta que se encuentra en Afganistán durante un momento histórico tan delicado. El hecho de tirar de una situación real para proponer un relato de ficción también ayuda a dotar a ‘La Unidad: Kabul’ de una dosis extra de verosimilitud sin que ello suponga querer que la serie tenga un toque documental que podría haberse vuelto en su contra. En lugar de eso, Dani de la Torre prefiere usarlo como un telón de fondo inmejorable para dotar de una energía nueva a este thriller, aprovechando así el complicado escenario en el que se ven sus protagonistas. De esta forma, esta tercera temporada funciona de forma autónoma, pero, claro está, su impacto es mayor para aquellos que ya conozcan a los personajes que repiten aparición.
Por último, no me quiero olvidar de la aportación de Poza, quien vuelve a imprimir su fuerza característica a Carla en una situación bastante desagradecida, pues se ve obligada a lidiar con unos talibanes que la desprecian, reduciendo así su peso específico cuando las negociaciones con ellos aparecen en pantalla. Como era de esperar, también tiene su momento de lucimiento personal por esa vía en el tramo final, pero antes sabe moverse muy bien entre bastidores para intentar que una situación ya de por sí fuera de control no se complique todavía más. Por mi parte, tengo muy claro que en lo referente a los personajes, los dos grandes ejes de la serie son Poza y Álvarez, teniendo aquí una nueva demostración de ello.
Creo que ‘La Unidad: Kabul’ se queda ligeramente por debajo de la segunda temporada, pero eso no quita para que sea una confirmación de que estamos ante una de las mejores series españolas de los últimos años y un gran thriller que sabe sacar partido a la llamativa decisión de situarlo en un momento muy concreto de la historia reciente. La energía con la que está realizada y el buen trabajo de sus protagonistas, en especial de Poza y Álvarez, son sus principales bazas, pero ni mucho menos las únicas. Y si la elección esta semana es entre la deficiente ‘El silencio’ o la serie que ahora nos ocupa, no dudéis ni un segundo por decantaros por la de Movistar Plus+
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