La increíble semana de Esequiel y Valentín Barco

Los últimos días han sido un éxito para los Barco que militan en los dos clubes más grandes del país. Valentín volvió a ser titular en Boca Juniors después de 630 días y fue una figura clave en el triunfo ante Deportivo Pereira por 2-1 por la Copa Libertadores. Mientras tanto, Esequiel también hizo lo suyo en la competencia internacional ya que contra Sporting Cristal fue el autor de uno de los goles en el 4-2 y ambos se llevaron elogios de sus respectivos entrenadores.

El joven lateral izquierdo de 18 años, que apenas lleva cinco partidos con la camiseta del Xeneize, fue la figura en el cruce del martes y los hinchas lo reconocieron. Hasta hace una semana, el Colo Barco era jugador de la Reserva y era el tercer lateral izquierdo, detrás de Frank Fabra y Agustín Sández. Sin embargo, en los últimos días todo cambió.

Tras la llegada de Jorge Almirón al banco de Boca y la lesión del colombiano hicieron que el juvenil vuelva a ser tenido en cuenta. De esta manera, fue titular ante Estudiantes por la fecha 12 de la Liga Profesional y volvió a jugar en Primera después de casi 21 meses. Su último partido había sido contra San Lorenzo por la tercera jornada de la LPF 2021.

En su primer partido por la Libertadores la rompió. No solo puso el gran centro para Alan Varela, que convirtió el 2-1 a los casi 100 minutos de juego, sino que lideró a Boca en varias estadísticas: toques (103), recuperaciones (12), duelos ganados (21), entradas completadas (7), faltas recibidas (8) y gambetas completadas (4). Por todo esto, y más, Barco fue ovacionado por la Bombonera.

Mientras tanto, el de River también brilló y fue clave en la victoria vs Sporting Cristal. Esequiel: entendió en qué momento es más pertinente pasar que encarar, pero también aprendió a leer el instante preciso en el que debe ajusticiar.

Esto lo ha combinado con un coraje innegable, destacado alguna vez por Marcelo Gallardo y refrendado por Demichelis, que lo ha llevado a pedir penales cuando todavía era observado de costado, todo para demostrar la confianza que se tenía. Y que se tiene.

Como la que exhibió, por ejemplo, en ese doble enganche cortito para hacer tiempo antes de ensayar un latigazo en el 2-1. Un tiro con rebote intermedio en Beltrán que acabó metiéndose en el palo derecho de Renato Solís.

Una fe que Barco a la vez mantuvo viva en su segundo grito, pese a haber fallado en el primer bombazo post despeje defensivo, para ir de nuevo a buscar la pelota y mandarla a la red en el 3-2.