Tamara Vila

Para muchas, ha sido todo un descubrimiento. Es la dieta nórdica y muchos nutricionistas la avalan como una de las formas más saludables de comer. La dieta adquirió mayor popularidad cuando los expertos en salud se propusieron descubrir por qué exactamente el norte de Europa tenía
tasas de obesidad más bajas que muchos países occidentales. Y constataron de paso que hay una alternativa a la dieta mediterránea.

La dieta nórdica se desarrolló en base a la cocina tradicional que se encuentra en Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia. Aquí no se cuentan calorías ni existen restricciones. Más bien, la dieta nórdica promueve un enfoque de por vida para una alimentación saludable. Se centra en alimentos de temporada a base de vegetales y está repleto de proteínas magras, carbohidratos complejos y grasas saludables.

Para muchas personas se trata de toda una novedad, pero en realidad esta dieta existe desde hace siglos, aunque en las últimas décadas se han ido incluyendo más sabores y nuevos valores nutricionales. La nueva versión promueve menos aditivos alimentarios, más productos orgánicos siempre que sea posible y comidas caseras.

Ya lo ves: aboga por un cuidado especial del planeta, en la línea con los nuevos tiempos. Además, hace hincapié en planificar cada comida en torno a las verduras de invierno, como la col rizada, el repollo, el brócoli y las coles de Bruselas. Los
huevos y el pescado son más un complemento.

Dieta nórdica vs. Dieta mediterránea

La dieta nórdica es realmente bastante similar a la conocida dieta mediterránea. Ambas incluyen abundante pescado de agua dulce, tubérculos, frutas y cereales integrales, como avena y cebada, y limitan el consumo de carnes rojas, lácteos, azúcares y alimentos procesados.

Bagels con queso y salmón/PEXELS

La principal diferencia está en las grasas aceitosas. Mientras que la dieta mediterránea apuesta por el aceite de oliva, la dieta nórdica opta por el aceite de colza, también conocido como aceite de canola. Ambos aceites promueven un corazón saludable al aumentar el colesterol bueno (HDL) y reducir el colesterol malo (LDL).

Ambos son aceites de origen vegetal con altas cantidades de omega-3. Dado que el aceite de colza tiene menos grasas saturadas que el aceite de oliva, muchos lo consideran más saludable consumido en cantidades razonables. Sin embargo, ambos tienen un uso recomendado diferente en la cocina.

Por ejemplo, el aceite de oliva, que es más rico en antioxidantes, es más sabroso y generalmente se usa para ensaladas y aderezos, mientras que el aceite de colza puede soportar más calor, por lo que se puede usar para cocinar y hornear a temperaturas más altas que el de oliva.

Los beneficios para la salud

Una de las razones principales por las que a los dietistas les ha gustado tanto la dieta nórdica es por todos los beneficios para la salud respaldados por investigaciones con los que se ha relacionado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) descubrió que tanto la dieta mediterránea como la nórdica reducen el riesgo de cáncer, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.

Otros estudios han revelado que la dieta nórdica puede bajar los niveles de presión arterial sistólica y diastólica, normalizar los niveles de colesterol y ayudar a las personas a perder peso o mantener un peso saludable. Y debido a que el plan propuesto es bastante similar a las dietas antiinflamatorias, que tradicionalmente consisten en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables, se ha demostrado que
reduce la inflamación en los tejidos grasos y, en consecuencia, los riesgos para la salud relacionados con la obesidad.

Mujer cocinando con salmón/PEXELS

Se trata de una dieta baja en alimentos procesados y carbohidratos refinados, además de comer principalmente proteínas a base de vegetales y mariscos junto con un alto consumo de frutas y verduras. Además, la dieta nórdica es ambientalmente sostenible, ya que se centra en el consumo de ingredientes locales frescos. Como resultado, se emiten menos gases de efecto invernadero.

Porque las dietas basadas en plantas crean menos contaminación al usar menos recursos naturales que las dietas ricas en carne. También podemos reducir el consumo de energía y el desperdicio de alimentos comiendo
alimentos producidos localmente. Una gran razón por la que gusta esta dieta es porque quita el enfoque de las calorías y lo pone en alimentos de calidad.

Debido a que la dieta nórdica se centra en consumir lo que está en temporada, no te supondrá un gasto adicional si lo planificas todo bien. Los productos de temporada tienden a ser un poco más baratos, ya que están más disponibles. Así que si estás buscando hacer algo bueno y sutilmente diferente para tu salud y peso, vale la pena probar la dieta nórdica. Está repleta de una tonelada de nutrientes, vitaminas y minerales que necesitas.