No hay hogar que en Navidad no incluya en su decoración una Poinsettia, más conocida como Flor de Pascua. Esta planta de hojas verdes y rojas en forma de estrella se ha convertido en un icono de estas fiestas y en uno de los elementos ornamentos más deseados, pues su belleza hace que destaque y aporte a la casa un brillo especial. Para conservar esta belleza durante todo el año, e incluso extenderla hasta la próxima Navidad, te traemos los trucos imprescindibles para
cuidarla bien y evitar que se muera.
La Flor de Pascua tiene su origen en Centroamérica y su historia está muy ligada a los guerreros aztecas. Con el tiempo la tradición cristiana ha cambiado su significado y ahora se asocia con la Navidad por el parecido de sus hojas con la
estrella de Belén que guió a los Reyes Magos hasta el Portal. Las hay con brácteas, esas vistosas hojas rojas que llaman tanto la atención, de distintos colores: rosas, amarillas o blancas, aunque las más comunes especialmente en estas fechas son las rojas por su cromática propia de la Navidad.
Cuidados básicos de la Flor de Pascua
Para conservar esta planta en todo su esplendor es necesario tener presente tres factores fundamentales: la luz, la humedad y la temperatura. Para que la Flor de Pascua crezca sana y frondosa es imprescindible que reciba luz natural. Como es una planta que habitualmente suele estar en interior, lo ideal es que la coloques cerca de una ventana, pero cuidado de que el sol no incida directamente sobre ella.
Otro de los requisitos imprescindibles que esta planta exige es la presencia de humedad en el ambiente en el que se encuentre. Al ser una planta de origen tropical, los ambientes secos perjudican su crecimiento y pueden hacer que se estropeen con más facilidad. Por eso, procura que el ambiente donde esté cuente siempre con algo de humedad. Un truco puede ser poner un cuenco de agua cerca del radiador para que haga vapor, o pulverizar las hojas verdes (¡cuidado con no mojar las brácteas!) con agua templada para crear ese ambiente de humedad.
Precisamente por esta necesidad de humedad, los sitios con altas temperaturas afectan gravemente a su desarrollo. Cabe destacar que esta planta no lidia bien con los extremos: tanto temperaturas muy altas como muy bajas acaban por perjudicarla. Lo mejor es mantenerla en estancias con temperatura moderada y cierta humedad en el ambiente, y evitar exponerla a fuertes corrientes de aire o a un flujo directo de la calefacción.
En cuanto a su riego, es mejor que esperes a que la tierra esté completamente seca para evitar que se encharque. Igualmente, vigila que el plato sobre el que se coloca la maceta no rebose agua, pues esto podría provocar que se pudran las raíces y, en consecuencia, se muera la planta. Un riego
moderado es la clave para que tu Flor de Pascua te dure sana varios meses.
Cómo conservar la Flor de Pascua el resto del año
Pensar que esta planta acaba con su función cuando finalizan estas fiestas es un error garrafal. Con los cuidados necesarios, puedes disfrutar de su decoración todo el año e incluso mantenerla hasta la siguiente Navidad. Para que florezca bien y crezca sana es fundamental que quites las hojas secas y los brotes enfermos. El tiempo ideal de poda es el mes de enero, que es cuando las hojas se empiezan a secar y cuando requiere cortar todo por lo sano y dejar que crezca bien. Ahora bien, cuidado con la savia que suelta porque puede ser tóxica para la salud.
En primavera, cuando la planta esté crecida, conviene trasplantarla a un macetero más grande o incluso al jardín para que crezca como un arbusto. Si decides dejarla en interior, a partir del mes de mayo vigila el riego y procura que sea más frecuente, eso sí, sin excederte para que no se encharque. Cuida las hojas secas que vayan saliendo y ten la precaución de arrancarlas cuando aparezcan para que la planta pueda crecer sana y no se contamine por estos brotes.
Si cuando llegue septiembre has conseguido mantener tu Flor de Pascua bien cuidada, ten por seguro que te llegará para la próxima Navidad. Para ello, tan solo tienes que vigilar la luz que recibe. Lo recomendable es que durante un periodo de unas catorce horas seguidas cubras toda la planta con una bolsa negra que evite la entrada de la luz. Si repites esto durante ocho semanas, tu planta estará espléndida para Navidad.
Principales riesgos de la Flor de Pascua
Hay ciertas cuestiones de las que tienes que estar especialmente pendiente a la hora de cuidar tu Flor de Pascua, porque son los principales factores que pueden provocar que se estropeen y que muera. Para ello, es fundamental que tengas muy controlado el estado de las hojas, su color y su textura para averiguar cómo se encuentra y si estás a tiempo de mejorarla.
La falta de luz y humedad en el ambiente puede provocar que las hojas se sequen, se vuelvan amarillas y se caigan. Otro de los grandes riesgos que puede sufrir son las plagas de insectos. Si la textura de las hojas es pegajosa es que ha sido atacada por la mosca blanca o por la cochinilla y requiere de un tratamiento específico a base de insecticida.