Las leyendas son ciertas y a estas alturas del año quedamos en Madrid «cuatro gatos». Esto tiene muchas ventajas, y alguna desventaja, como que la hostelería aprovecha para disfrutar de un merecido descanso. Sin embargo, gracias a una oferta gastronómica tan extensa como diversa, siempre quedan lugares a los que acudir si vamos a pasar el puente de agosto en la capital y nosotras hemos seleccionado tres propuestas ideales para un fin de semana largo inolvidable.

Porque a pesar de los calores, en estas fechas todo invita a salir a la calle y disfrutar de nuestro tiempo libre en una terraza o en un local bien climatizado. Y si es compartiendo unos deliciosos platos y unas refrescantes bebidas, mejor que mejor. Así que aprovecha que en esta época del año aparcar es mucho más fácil y que cuando cae la noche la ciudad invita a pasear y acércate a los restaurantes que nos han conquistado recientemente.

El Telégrafo

Y como tal vez seas de los que, como a nosotros, te están matando de envidia tus amigos de vacaciones en Galicia, qué mejor lugar para desquitarnos y disfrutar de un buen marisco que El Telégrafo. Situado en el corazón del barrio de Chamartín, en la calle Padre Damián, este restaurante de inspiración náutica lleva más de 25 años haciendo las delicias de los amantes de la cocina tradicional y de mercado, en la que la calidad es el ingrediente principal.

Con el chef Esteban Gelado Cruz al frente de los fogones, en su amplia carta podemos encontrar delicias marinas como las nécoras gallegas, los langostinos de Sanlúcar, el bogavante del Cantábrico, los carabineros de huelva o la gamba roja de Dénia. Lubina, lenguado y merluza que llegan directamente desde las mejores lonjas de nuestras costas para los amantes del pescado, pero aquellos que disfrutan con un buen guiso de carne también tienen donde elegir.

La terraza de El Telégrafo, un lugar acogedor perfecto para disfrutar de una velada inolvidable. / El telégrafo

Clásicos como la ensaladilla rusa tradicional se combinan con una merluza escabechada que le da un toque diferente al plato, mientras que delicias como el tomate de la huerta de Madrid aliñado con piparras encurtidas es una acertada y deliciosa
revisión de un plato infalible en esta época del año. A su variedad de ensaladas, con ingredientes como el bogavante o el bonito, se suman chacinas, pescaditos fritos y caprichos de mar como el tartar de atún, el salpicón o el pulpo. Y si lo que queremos es disfrutar de un delicioso arroz, en la carta encontramos tres propuestas diferentes, perfectas para hacer de la experiencia culinaria algo puramente veraniego.

La guinda a una velada en la que la cocina tradicional se disfruta con la tranquilidad que da saber que los ingredientes son de calidad y la elaboración impecable la ponen los postres, en los que los sorbetes y helados perfectos para este momento del año se suman a clásicos que siempre son un acierto como el tiramisú, el hojaldre de manzana hecho al momento, el soufflé Alaska o los crepes suzette al grand marnier. Una experiencia ideal para esos días en los que apetece apostar por la gastronomía nacional en un lugar en el que la satisfacción del cliente es el principal objetivo de todo el equipo.

Imagen del comedor de la planta superior de Killo. / killo

Si echas de menos tus días de vacaciones en Cádiz, la envidia te la dan las stories de tus amigas en Zahara de los Atunes o simplemente quieres disfrutar de la gastronomía de esencia gaditana pero con un punto de vista renovado y actual el lugar que buscas es Killo. En este local de Chamberí cada día se rinde tributo a las materias primas de calidad, las recetas de carácter andaluz y el buen comer.

Para ello proponen al cliente una carta basada en las recetas propias de Manuel Auer, el cocinero de origen austríaco que junto a su mujer, la empresaria Alejandra Álvarez, pusieron en marcha este local de dos plantas con capacidad para 36 comensales y estética marinera. Porque aunque no podamos movernos de Madrid en estas fechas, el viaje con el paladar y el buen ambiente está garantizado en Killo.

El gofre de camarones y tartar de atún de Killo. /KILLO

La carta de Killo, como no podía ser de otra manera, apuesta por el producto de temporada y por las recetas con personalidad. Como el gofre de camarones con tartar de atún, crema de aguacate y cebolla encurtida, el cazón frito rebozado en maíz o la ensalada de alcachofas fritas, rúcula, pasas, hinojo, naranja y vinagreta thai. Propuestas llenas de atractivo entre las que también encontramos los arroces elaborados en cazuela de barro, las costillas de atún con mole casero o la panceta de cerdo asturiano con ajo fermentado y ensalada cremosa de lombarda.

La sofisticación y el acierto de la carta se extiende hasta sus postres, donde encontramos el Killo Royal, un parfait de cassis con sabayón de cava o el mousse de chocolate blanco con helado y aceite de oliva entre otras. En definitiva, una acertada revisión de los ingredientes clásicos de la cocina andaluza que permite al comensal disfrutar de una sabrosa velada tras la que seguro que se sentirá como si hubiese viajado al Cádiz más auténtico.

Una de las siete recetas de hummus del Barganzo, que lleva el nombre de local. /BARGANZO

Y si nos hemos quedado con ganas de viajar bien lejos para disfrutar de la gastronomía de otros países, tenemos en la agenda el restaurante perfecto para desquitarnos, el Barganzo. Situado en el número 13 de la calle Colmenares, en el barrio de Chueca, este acogedor y luminoso local hará las delicias de los amantes de la cocina de Oriente Medio y de los vegetarianos.

Conocidos por elaborar uno de los mejores hummus de Madrid, en su carta encontramos recetas en las que las especias y las hierbas frescas, el color y el sabor de cada ingrediente lleva al comensal a disfrutar de la cultura mediterránea de la forma más deliciosa. Sus recetas se adaptan a las posibilidades del mercado en cada temporada, y durante estos días encontramos delicias como la albóndiga de puerro con yogur de hierbas y limón, el kubaneh (un tipo de pan) o el colinabo con salsa verde de albahaca.

Entre los platos que no pueden faltar en su deliciosa carta encontramos clásicos como el falafel y la shakshuka, las siete recetas diferentes de hummus que le han servido para ganarse su merecida fama o sus cuatro tipos de pitas: con setas a la plancha o en un plato que combina la shakshuka, la falafel y la sabich. No hace falta ser vegetariano para disfrutar de Barganzo, solo ser amante de la buena comida, elaborada artesanalmente y con los mejores ingredientes. Una visita obligada para los foodies más exigentes y para aquellos que quieren disfrutar de una experiencia culinaria internacional sin tener que pasar por Barajas.