Con las altas temperaturas y las olas de calor que estamos viviendo, es normal que nuestros momentos para hacer deporte se hayan visto trastocados. Sales de casa al gimnasio, a pasear o a correr y te sofocas con solo abrir la puerta por el calor que hace fuera. En estas fechas muchas personas esperan a que el sol caiga para hacer ejercicio, pero ese horario no es conveniente para todo el mundo.

Sin embargo, hay una solución para no descuidar en verano los cambios físicos conseguidos durante todo el año y son los ejercicios acuáticos. No hay mejor plan que un refrescante chapuzón en la piscina (o incluso en el mar) para aprovechar el fresquito del agua y ejercitarse al mismo tiempo. Y eso no es todo, pues estos ejercicios, además de divertidos y refrescantes, pueden ser muy beneficiosos para tu cuerpo.

El agua aporta resistencia al cuerpo, lo que es un factor añadido que mejora la musculatura y consigue quemar más grasas. Además, el estado de ingravidez (no olvidemos que los astronautas entrenan en grandes piscinas por la similitud del agua con la falta de gravedad) favorece a las articulaciones porque no se ejerce tanta presión sobre ellas.

Los expertos del Metropolitan Sport Club and Spa nos recomiendan algunos ejercicios muy útiles y divertidos que podemos hacer en cualquier momento del día. Te contamos todas las claves.

En primer lugar, si te gusta el yoga, la zumba o el pilates estás de enhorabuena: todas estas actividades tienen su versión acuática. En los tres casos se llevan a cabo los mismos ejercicios que en tierra pero adaptados al medio y con mejores resultados ya que ayudan a reducir el estrés y a relajarse.

También puedes llevarte pesas y lanzarte a practicar lo conocido como gimnasia acuática o aquagym, una modalidad de ejercicio que combina la natación y el medio acuático con el aerobic y la gimnasia. El objetivo principal del aquagym es tonificar la musculatura, por lo que es muy útil para adelgazar y mantenerse en forma.

Uno de los mejores ejercicios que puedes hacer tanto en el mar como en la piscina es andar o correr en el agua. Parece obvio y cada verano es una escena que se repite en las playas de todo el país: gente con el agua por encima de la cintura que recorre todo el largo de la playa a una velocidad intensa. Este ejercicio (además de ser muy beneficioso para la salud) está especialmente recomendado para la gente que presenta lesiones, pues el medio acuático es un entorno perfecto para continuar con la rehabilitación.

En la piscina también se pueden hacer ejercicios de fuerza y uno de los mejores y más sencillos de hacer son los abdominales. Podemos ayudarnos del bordillo de la piscina para tener soporte y hacer «crunchs» abdominales, un ejercicio exigente pero que da buenos resultados si se practica de forma constante. Las sentadillas son otra gran opción, hazlas como las harías fuera del agua para lograr resultados.

Aunque parezca muy evidente, otra buena opción es nadar. Nadando trabajamos la mayor parte de los grupos musculares, lo que lo convierte en un ejercicio muy completo. Hay muchos estilos de natación y se puede hacer tanto en la piscina como en el mar, aunque en este último es más sencillo por la flotabilidad que aporta la sal. De cualquier modo, nadar es una opción muy completa y gratificante para el ejercicio en verano.

El calor no está necesariamente reñido con el ejercicio. Gracias a todas estas opciones, mantenerse sano y activo durante la época estival es posible. ¿Nuestro consejo? Prueba los ejercicios que te llamen la atención y no desistas porque al principio siempre cuesta pero la satisfacción de conseguir resultados merece el esfuerzo que requiere. El verano no tiene por qué ser un parón para dejar de mantenerse sano y activo, más bien todo lo contrario.