Que de una amistad surga el amor (o al menos, sexo) es algo fácil. Que después de una relación continúe una amistad, es algo más complicado. ¿Y por qué? Porque normalmente, las rupturas son escenarios de guerra en los que os lanzáis granadas dialécticas con todo lo que os molestaba del otro y que hasta el momento os habíais callado por el bien común. Cuando la guerra termina, el escenario queda desolado, humeando y lleno de agujeros donde antes estaba tu autoestima que queda herida de gravedad. Quizá me he puesto en una situación extrema, pero lamentablemente, muchas relaciones acaban así, a balazos verbales.
Y claro, en ese escenario a ver quién es el simpático que le suelta el típico: podemos ser amigos. No señores, la positiblidad de que se establezca una amistad tras una ruptura amorosa, depende del cariño y del respeto que haya existido tanto durante la relación, como durante la ruptura. Y entender los motivos de la ruptura por ambas partes, aunque la decisión haya partido de una sóla persona, es algo esencial. Entender por qué la otra persona ha decidido poner fin a la relación, aunque no compartas su decisión y ser empático, tanto si lo dejas como si te dejan, puede permitir que de las cenizas de una relación surja una nueva amistad.
Lo más natural si quieres iniciar una relación de amistad con tu expareja, es
alejarte durante un tiempo. Por muy bien que hayan terminado las cosas, siempre hay heridas que sanar y una constante presencia de la persona que te ha herido (aunque no haya sido su intención) puede hacer que no cicatrice bien. Si consigues superar todos estos escollos, una amistad con tu expareja es inusualmente sólida, ya que ambos os conocéis más íntimamente, por lo que la ayuda que puede prestarte (y viceversa) es mucho más valiosa que en otras relaciones más superficiales.
¿Y cuáles pueden ser los enemigos de una potencial amistad con tu ex? Generalmente todos los derivados del orgullo herido que queda tras una ruptura. Si eres la persona que ha decidido porner fin a la relación, el sentimiento de culpa puede llevarte a iniciar una relación de amistad con tu ex con unos cimientos muy poco sólidos. Si eres el abandonado, puede sucumbir al deseo de
castigar a tu ex exagerando ese daño sólo por hacerle sentir mal. Todos son sentimientos fundamentalmente humanos, pero deberías trabajártelos si esperas mantener una relación de amistad con tu antiguo amante.
En resumidas cuentas, para ser amiga de tu expareja, lo primero es que la relación con esa persona haya estado basada en el respeto, porque, sino ha sido así tampoco te interesa tener a esa persona como amigo. Si esto ha sido así, pasar
una fase de duelo en la que los sentimientos de rabia y dolor se asienten, es fundamental. Y cuando eso ha ocurrido, podeis empezar a plantearos transitar hacia una amistad poco a poco y sin exigencias, siendo muy conscientes de vuestros sentimientos e incluso hablándolos con el otro para que no existan fisuras. La amistad después del amor existe, pero requiere un trabajo de honestidad enorme.