¿Quién será el próximo entrenador de Boca? Esta pregunta repiquetea en la cabeza de Juan Román Riquelme, se hace carne en las charlas intramuros del Consejo en el Kremlin de Ezeiza, donde se cocinan las grandes decisiones futbolísticas lejos del control de Ameal y la dirigencia “oficial” del club.

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Mientras el ciclo de Sebastián Battaglia se consume en sus propios fuegos internos, en el pensamiento de Riquelme se está craneando el próximo paso: la conformación de un nuevo cuerpo técnico de cara al futuro, con la actual Copa Libertadores como cabeza de playa. A decir verdad, este delivery de nombres y candidatos ya se había dado hacia fines de 2021, cuando puertas adentro se había evaluado no renovar el contrato del actual cuerpo técnico. Por entonces, no surgió de las deliberaciones un nombre que conformara del todo y por tal motivo no hubo fumata blanca. Este escenario y el título de la Copa Argentina fue lo que entronizó -a medias- la continuidad de Battaglia en el cargo.

Seis meses después, la encrucijada es la misma. Las dudas también. Y el margen de maniobra es mucho menor: después de echar por tierra el ciclo de Miguel Russo (con título y triunfos ante River en el medio) y condicionar severamente el de Battaglia (un desenlace sin resolver, no exento de riesgos de escandalete), Riquelme sabe que está expuesto: en su próxima decisión no puede errar el vizcachazo. Por más ídolo que sea, a él le caen las generales de la ley. Aunque tenga más crédito, a la larga sus decisiones serán cuestionadas si no dan resultado.

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Definir el nuevo DT, de movida, es un asunto complejo de resolver porque, como el año pasado, no hay un candidato claro. O lo hay, pero por distintas razones no convence del todo. Entonces, el dilema de Román está en traer a un entrenador con trayectoria (a riesgo de perder “influencia” en sus decisiones) o seguir apostando a hombres de la casa, con menos experiencia pero más permeables a sus “sugerencias”.

Los nombres

En ese contexto, el preferido de Riquelme no es otro que Ricardo Gareca, hoy un imposible. El Tigre va a jugar el repechaje al Mundial con la selección de Perú, con lo cual no está disponible, en el mejor de los casos hasta junio (Perú jugará ante el ganador de Australia y Emiratos Árabes el 13 de ese mes en Doha) si no logra el pase a Qatar. Pero aún en ese caso, Gareca tendrá mucho mercado con ofertas jugosas si decide continuar dirigiendo inmediatamente. A él sí está dispuesto JR a darle las llaves del vestuario y del equipo y descansar en sus decisiones, sin meterse como lo hizo con Russo y lo hace con Battaglia.

En realidad, el candidato que se cae de maduro es Martín Palermo, un entrenador que demostró un crecimiento importante, que está haciendo un gran trabajo en Aldosivi (tenía dos puntos más que Boca en la tabla de la Liga antes del inicio de esta fecha), pero con quien el Consejo no está hablando ni siquiera para explorar la chance de ofrecerle el cargo. Hay, claro, un largo historial de desencuentros entre Román y el Loco cuando ambos compartían vestuarios, y no será una relación fácil de construir para ambos. De hecho, Battaglia siempre fue más cercano al goleador en la histórica guerra fría que dominó el camarín de Boca en los 2000.

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La incertidumbre fue lo que llevó a Riquelme a reunirse con Bianchi en las últimas semanas, y en algún momento se fantaseó dentro del Consejo con la idea de que el Virrey volviera al club para que supervisara a un entrenador joven que estuviera en el día a día bajo su ala. Pero con 72 años y una vida más dedicada a la familia, esa hipótesis duró poco. Hay otros nombres en la cabeza del cuarteto del Consejo, como el del Kily González, de agria experiencia en Central, con un equipo que no jugó bien y de donde se fue insultado por todo el Gigante de Arroyito, donde era ídolo, por perder el clásico ante Newell’s…

De la cantera

Eso lleva el escenario al comienzo. El momento no da para otra experiencia similar a la de Battaglia, pero Riquelme está un poco obligado a explorar en el semillero para ver si alguno llena los casilleros. El de Hugo Ibarra es un nombre seductor por lo que significa para el hincha, pero está demasiado cerca del entorno del vicepresidente, y el presente de la Reserva no es el mejor. De hecho, será replicar exactamente la experiencia con el DT actual, y no es conveniente tanta similitud. En las Inferiores hay mucho histórico y ayer sonó en nombre de Walter Pico, hoy técnico de la Sexta División, pero suena hasta descabellado en este momento de Boca. Pensándolo bien, tanto nombre tirado sobre la mesa habla de lo difícil que está encontrar al JR DT…

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