Julián Álvarez atraviesa un presente soñado, un 2021 que es un premio a su esfuerzo. Más allá del título de la Liga Profesional y los 18 goles que lo convirtieron en el goleador del torneo, su repentina explosión lo catapultó a la Selección Argentina. No disputó demasiados minutos, pero sorprendió al cuerpo técnico de Lionel Scaloni y se dio el lujo de formar parte del plantel que ganó la Copa América.

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De cara a 2022, el Araña tiene ponerse la máscara de Spiderman y completar una díficil misión: quiere cumplir el anhelo de todo futbolista profesional y hasta de los hinchas que alientan desde la tribuna. «Sueño con estar en Qatar, es lo que todo futbolista desea, estar en la Selección y jugar un Mundial. Sería lo máximo como jugador, trabajo día a día para eso, para crecer, para mejorar y cuando llegue el final del año que viene estar a disposición para que el técnico decido», expresó a pura ilusión.

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Messi observa atentamente a Julián. AFP.

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Y sobre la ansiada consagración en tierras brasileñas, recordó: «Que hayamos ganado la Copa América después de tantos años es un orgullo como argentino, una alegría por haber formado parte y por el cariño de la gente. Ellos también necesitaban eso después del tiempo de pandemia y fue un premio para toda la gente del país», agregó.

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En apenas 10 años, el cordobés de Calchín pasó de ser un nene que le pidió una foto a Lionel Messi a compartir plantel con él en la Selección y festejar juntos el hecho de haber cortado una sequía de 28 años sin títulos. El primer encuentro fue junto a su papá y sus hermanos, Rafael y Agustín, tras recorrer 123 kilómetros. Se volvieron a ver en Rusia, donde JA9 fue sparring y hasta se comió un caño de Leo en una práctica. Y este año fueron mucho más cercanos, pero el cordobés sigue maravillado como la primera vez.

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Julián (a la izquierda) junto a sus dos hermanos (Rafael y Agustín) y a Messi, previo a la Copa América 2011.

Julián (a la izquierda) junto a sus dos hermanos (Rafael y Agustín) y a Messi, previo a la Copa América 2011.

«Jugar con Messi es lo máximo. De chiquito soñé con eso, era mi ídolo y uno aprende siempre no solo mirándolo en la cancha sino también afuera. Lo que representa para el mundo como figura que es, el mejor del mundo, que sea tan simple, humilde y natural fuera de la cancha te hace aprender muchas cosas», cerró Julián.

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Los próximos meses serán decisivos. Sabe que si queda en River seguirá siendo una pieza fundamental. Pero si en el próximo mercado llega una oferta del exterior que alcance los 20 millones de euros de su cláusula de rescisión, deberá decidir si emigra, con la ventaja de dar un importante salto económico y el temor de que pierda continuidad a meses de la Copa del Mundo.

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Julian Alvarez con Messi en Rusia.

Julian Alvarez con Messi en Rusia.

​Mientras tanto, el cordobés intenta mantener la frialdad con la que define dentro del área y esa humildad que destaca de Leo: «Soñé con este presente desde que era chico. Siempre jugué de delantero, siempre me tocó hacer muchos goles y proyectaba eso en una carrera profesional. Julián es una persona divertida, tranquila, que trata de dar lo mejor para aprender y seguir creciendo como ser humano y como futbolista».

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