Primero fue su comercialización, a comienzos del siglo XIX. En los años 70 Starbucks conquistó calles y centros comerciales en Estados Unidos y convirtió el café en una experiencia social que nada tenía que ver con lo que tomábamos en casa. Y desde hace unos años la bebida más vendida del mundo, además de ser saludable, se ha convertido en algo mucho más sofisticado. La sostenibilidad y la calidad del producto se han unido a la formación de los profesionales. O lo que es lo mismo, el café de especialidad. La nueva tendencia que va a hacer que por fin te tomes un buen café.

El café de especialidad es, para sus numerosos adeptos, más que una bebida, una experiencia para los sentidos en la que se tiene en cuenta desde el cultivo a su preparación final, pasando por el tueste o las notas de cata que otorga el catador certificado. Sí, la fiebre por el café ha llegado a los mismo niveles de la del vino, pero también se preocupa porque su producción sea sostenible y, en muchos casos, más justa para los pequeños productores.

Herbert Goetsch/unsplash

A diferencia del café comercial, el de especialidad pertenece a la variedad arábica, recolecta el grano en su punto óptimo de madurez y es secado con procesos tradicionales sin apurar los tiempos. Posteriormente es tostado de acuerdo al perfil que permite extraer lo mejor de cada café, esas características que lo hacen único y le dan unos matices que permiten apreciar mejor su sabor. Por eso casi siempre se tuesta menos que el comercial, para dejar paso a notas de especias, frutos secos o cacao.

Esta particular experiencia se puede disfrutar en casa gracias a las tiendas físicas y online que comercializan diferentes marcas de café de especialidad, así como las diversas formas en las que podemos hacerlo. Y que van desde sofisticadas y modernas propuestas como el Aeropress a la tradicional cafetera italiana. Pero si eres de las que te sumaste a la moda de la cafetera de cápsulas no sufras, porque también podemos encontrar el café de especialidad en cápsulas o encapsularlo nosotras mismas.

Si quieres probar esta nueva forma de disfrutar el café y, quién sabe si, unirte a este selecto club que no deja de sumar fieles también puedes hacerlo en los negocios especializados que podemos encontrar en muchas ciudades españolas. Según la web European Coffee Trip, en nuestro país ya es posible encontrar más de un centenar de negocios dedicados a esta nueva forma de vivir el café.

En Madrid las posibilidades son muchas pero vamos a quedarnos con dos. En la calle Cardenal Cisneros, en el barrio de Chamberí, está el Naji Specialty Coffe, donde su fundador y barista, el iraquí Naji Alasil atiende con dedicación a sus clientes, que muchas veces esperan su turno haciendo cola en la calle. Porque además de propuestas tradicionales como el espresso o el capuccino, en la carta podemos encontrar el pistachio latte. Una creación personal de Naji en la que rinde homenaje a sus orígenes gracias a una crema de pistacho que le aporta un sabor sorprendente (y adictivo) al café.

La prueba viviente de la fiebre por el café de especialidad es HanSo Café, que tras arrancar en la calle Pez acaba de abrir un segundo local en Costanilla de los Ángeles. Ambos tienen un característico diseño industrial y siempre son lugares muy concurridos en los que se puede disfrutar del café de más de una docena de formas diferentes. Para acompañarlo tostadas, sándwiches, bagels y waffles, además de deliciosos brownies como el de té matcha.

En Barcelona también encontramos diversos cafés de especialidad, pero son muchos los que coinciden en señalar el Nomad como el mejor. En siete años el negocio de Jordi Mestre ha pasado de abrir su primer local a tener tres, tostar su propio café, comercializar su cold brew (para tomar frío) y dar cursos para todos aquellos que deseen sumergirse por completo en este universo. Entre sus productos cada cliente tiene su favorito, pero si alguno merece una mención especial es el affogato, con cono o sin él, que podemos encontrar en el Nomad Every Day, donde el helado es el invitado de honor.

En la calle Colegio Catalino de Granada se encuentra La Finca Coffee, que tras seis años en la ciudad ya se ha ganado el corazoncito de los granadinos. Ellos también realizan cursos y sirven su propio café, que llegan de Etiopía, Ruanda, Costa Rica, Nicaragua y Colombia y se encargan de tostarlo. Para disfrutarlos en su carta encontramos bizcochos y tartas caseras, además de tostadas con pan de masa madre.

Terminamos este recorrido frente a la bahía de Santander, donde se encuentra Primos de Origen, el lugar en el que se dan cita los amantes del café, pero también los del chocolate. En la venezolana Hacienda El Recreo han rescatado variedades regionales del café como el Borbón y son una de las pocas que cuentan con lotes de cacao con diversas genéticas criollas certificadas. El primero se tuesta en su nave santanderina, el segundo se convierte en chocolate para servirlo a la taza o degustarlo en tabletas. Y todos ellos están a la venta en su web, además de en su local de aires industriales y ambiente acogedor donde, por supuesto, se pueden degustar acompañados de bollería casera.

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