Puedes ser un viajero eco, puedes llevar prendas vaqueras sostenibles y, cómo no, también puedes consumir comida natural y orgánica. Si eres eco-friendly es porque tienes una conciencia especial sobre el medioambiente y conoces cómo la producción de alimentos tiene un impacto en el planeta por la utilización extensiva de agua y tierra. Piensas, y con razón, que comer alimentos elaborados con menos recursos (y que no contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero) es mejor para el planeta. La cuestión es saber qué sacrificios estás dispuesta a hacer. Uno es el dinero, pues la alimentación bio suele ser más cara. Otra es la renuncia a ciertos alimentos. ¿O no? ¿Debes renunciar, por ejemplo, a comer carne? En absoluto.

Los alimentos vegetales generalmente se consideran más ecológicos que los productos animales y las dietas veganas o vegetarianas a menudo se etiquetan como sostenibles. Sin embargo, hay muchos matices a considerar al evaluar el impacto ambiental de la carne. De hecho, puede haber formas de comer carne de manera más sostenible, que es lo ideal si no quieres eliminarla de tu dieta. Como todos los alimentos, la carne requiere recursos para producirse. Y si bien generalmente tiene una huella ambiental más alta que los alimentos vegetales, todo presenta matices.

Comer carne de manera más sostenible

Los animales criados en granjas con piensos y otros productos «artificiales» afectan el suelo, el agua, el aire y el calentamiento global mucho más que los animales criados en pastos y alimentados de forma completamente natural. Si estás interesada en seguir una dieta eco, es buena solución intentar moderar el consumo de carne y elegir opciones de animales criados de manera sostenible.

Revisa la etiqueta antes de comprar carnes e intenta evitar productos que hayan sido criados en granjas. Si dicha etiqueta no especifica que sea de animales alimentados o criados naturalmente, lo más probable es que proceda de granjas de engorde. Y ten en cuenta lo siguiente para evitar equívocos: aunque las vacas alimentadas con pasto o criadas en pastos pueden realizar mayores emisiones de metano durante su vida que el ganado criado de manera convencional, los impactos generales sobre el ecosistema local son mucho menores y potencialmente incluso positivos.

Reduce tu consumo de carne

La incorporación de carne en pequeñas cantidades, incluso considerando la opción de usarla como guarnición, puede ayudarte a reducir tu consumo general si eres eco-friendly. Puedes preparar platos con verduras como alimento principal, pero que contengan pequeñas cantidades de carne. De la misma forma, es muy útil elaborar un plan semanal de dieta en el que establezcas los días (pocos) en los que vas a comer carne. O reservarla para la cena poniendo en el plato una pequeña porción.

Otra excelente idea es agregar pequeñas cantidades de carne a muchas recetas sin que sea la parte principal del plato. Por ejemplo, puedes aprovechar la carne picada para hacer hamburguesas (mezclada con legumbres, por ejemplo), preparar tacos o darle sabor a una sopa.

Elegir carnes alimentadas con pasto y criadas en pastos, limitar la ingesta de carne, extender una sola porción de carne en varios platos y hacer que los alimentos vegetales sean el centro de tus comidas te van a permitir ser una estupenda eco-friendly y contribuir a un medioambiente más sostenible sin por ello eliminar la carne de tu dieta. Se puede.

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