Alan Velasco

En un partido con poca participación, el pibe fue el único que no se durmió en la jugada del 1-0: estuvo atento, amargó a Fatura Broun y asistió a Romero. Con su velocidad, el equipo encontró aire y desequilibrio. Le faltó el gol para tener una noche redondita en Rosario.

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