Navalny sufrió una indisposición cuando regresaba a Moscú desde Siberia

Navalny sufrió una indisposición cuando regresaba a Moscú desde Siberia

El envenenamiento del principal opositor ruso Alexei Navalny sumó un nuevo capítulo a por lo menos seis casos de ataques contra disidentes registrados en los últimos cinco años del Gobierno de Vladimir Putin, ocurrido esta vez en medio de la lucha que mantienen Alemania y Francia por el liderazgo de la Unión Europea (UE).

El caso recuerda lo sucedido con el ex doble agente ruso Serguei Skripal y su hija Yulia, quienes a principios de marzo 2018 fueron intoxicados en la ciudad inglesa de Salisbury con el mismo agente nervioso que, según Alemania, se usó con Nalvalny: Novichok.

Navalny, de 44 años, conocido por sus campañas en contra de la corrupción rusa, sufrió una indisposición cuando regresaba a Moscú desde Siberia el pasado 20 de agosto, tras convocar a sus simpatizantes a que voten en contra del partido Rusia Unida, del presidente Vladimir Putin, en las elecciones regionales que se realizarán este mes.

Durante el vuelo bebió solo una taza de té, dijo su secretaria de prensa, Kira Yarmysh.

Dos días después, el líder opositor ruso fue trasladado a Berlín, donde se encuentra internado en coma en un hospital de esa ciudad.

Si bien la jefa del Gobierno alemán, la canciller Angela Merkel, exigió una respuesta inmediata de Rusia por el caso Navalny, no responsabilizó directamente al Kremlin por el envenenamiento del opositor ruso.

Si bien la jefa del Gobierno alemán, la canciller Angela Merkel, exigió una respuesta inmediata de Rusia por el caso Navalny, no responsabilizó directamente al Kremlin por el envenenamiento del opositor ruso

Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo que «aún no tiene pruebas» de que el caso haya sido como afirma Alemania.

Mientras tanto, el ministro del Interior ruso, Vladimir Kolokoltsev, dijo el viernes que Moscú está llevando a cabo una investigación preliminar. Pero señaló que no ve señales de un crimen en lo que le sucedió a Navalny.

«Es un episodio más de Rusia. Nosotros vemos lo que aparece en la superficie. Alemania está renegociando sus contratos petroleros. Con el Reino Unido afuera de la UE, la pregunta es quién va a liderar Europa», dijo a Télam Paulo Botta, director del Programa Ejecutivo en Medio Oriente, de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Alemania mantiene una sólida relación comercial con Moscú, que incluye la construcción del gasoducto Nord Stream 2 a lo largo de 1.225 kilómetros, mediante un acuerdo con la empresa rusa Gazprom.

El proyecto no es bien visto por Estados Unidos. Y algunos analistas advierten que acrecentará la dependencia europea de Rusia.

Según Botta, «la canciller Merkel está abordando cualquier tema que tenga que ver con un conflicto internacional, mientras que (el presidente de Francia, Emmanuel) Macron viajó dos veces en un mes al Líbano luego de la explosión que devastó parte de la capital libanesa».

«Obviamente, hay una competencia por posicionar a sus respectivos Estados en lo que queda de la UE. El envenenamiento de Navalny es un episodio importante, pero no es la primera vez que sucede», señaló.

Según el diario Financial Times, es el sexto caso ocurrido en los últimos cinco años en Rusia, incluidos el de la periodista Anna Politkovskaya (2006), el abogado Sergei Magnitsky (2009) y el opositor Boris Nemtsov (2015), cuyas investigaciones no prosperaron hasta ahora en la justicia rusa.

Alemania mantiene una sólida relación comercial con Moscú

Alemania mantiene una sólida relación comercial con Moscú

«Lo que ha sucedido con Navalny tendrá serias consecuencias para las relaciones entre la UE y Rusia, como las tuvo en su momento el envenenamiento del exespía Skripal en Reino Unido», señaló a Télam Ariel González Levaggi, secretario ejecutivo del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Para este analista, «las fuertes declaraciones de Merkel hacen prever sanciones que intentarán aislar a Rusia. De todas maneras, las relaciones entre Occidente y Moscú ya se encuentran en uno de los puntos más bajos de la historia postsoviética, por lo que esta situación solo generará mayores fricciones».

Por su parte, Sebastián Vigliero, profesor de política internacional de la Universidad de Buenos Aires (UBA), dijo a Télam que el presidente «Putin es un líder democrático autoritario.»

«Si bien el líder ruso goza en las encuestas de guarismos muy importantes, aunque en los últimos meses cayó en los sondeos, se ve que el sistema político ruso siempre está atento a este tipo de vestigios opositores que puedan poner en jaque la estrategia política del Kremlin».

El analista señaló que «por alguna razón este hombre (Navalny), Skripal y otros no han podido con el sistema ruso» y opinó que «los países de Occidente pueden criticar y condenar, pero de ahí a pedir sanciones es un tema delicado, porque Moscú no va a admitir» el hecho.

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