Sara Flamenco

Disponer de tiempo para lo que de verdad nos llena es vital para mantener un óptimo nivel de bienestar. El problema es que solemos perder el tiempo con pequeñas cosas que no nos aportan nada, lo que nos hace llegar al final del día con la sensación de que no hemos hecho nada de lo que queríamos.

Para evitarlo, un economista italiano llamado Vilfredo Pareto estableció una regla a principios del siglo pasado para aprender a diferenciar lo prioritario de lo secundario. Se trata de
la regla 20/80 y puedes aplicarlo a tu día a día para mejorar tu sensación de felicidad.

Qué es la regla 20/80 o regla de Pareto

Lo que conocemos hoy como la regla de Pareto fue generalizada cuatro décadas después de su creación por el consultor rumano Joseph Moses Juran. Este comprobó que, en efecto, el 80% de los efectos provienen del 20% de las causas, por lo que es vital priorizar nuestras acciones para conseguir los resultados deseados.

En realidad, Pareto
lo aplicaba a su propia experiencia, observando que el 80% del poder político estaba en manos del 20% de la población; que el 80% de la riqueza recaía en el 20%; y que el 20% de las vainas producían el 80% de los guisantes de un huerto.

Alto tan trivial puede aplicarse en el día a día con lo que J.M Juran denominaba «la ley de los pocos vitales y los muchos triviales». Es decir, que si logramos identificar las pocas causas que originan la mayor parte de los resultados y nos enfocamos en ellas, nuestra vida será mucho más feliz.

Eliminar de tu vida lo que no te reporta bienestar te hará sentirte más feliz. / Foto de Sebastian Arie Voortman en Pexels.

Cómo aplicar la ley de Pareto a nuestra vida

La regla de Pareto puede aplicarse a la vida, tanto en el ámbito profesional como en el personal. Y es que nos invita a
centrarnos en el 20% de calidad. Si identificamos, por ejemplo, a ese 20% de relaciones que nos procuran verdadero bienestar, podríamos
renunciar o diminuir el tiempo empleado en el 80% restante para sentirnos más felices.

El consultor Timothy Ferriss es quien más ha aplicado la ley Pareto a la vida moderna en su libro La jornada laboral de 4 horas. Tras asumir que el 20% de las causas eran responsables del 80% de sus problemas, así como también el 20% de las causas producían el 80% de su felicidad y deseos cumplidos, empezó a diseccionar su vida personal y profesional.

Si empezamos a aplicar la ley Pareto filtrando lo que hacemos en
criterios de calidad y bienestar, eliminaremos de nuestra vida lo que no nos lo reporta. ¿Cuál es el 20% de las relaciones que nos aportan el 80% de felicidad? ¿Qué 20% de actividades nos reportan el 80% de satisfacción? Es la mejor forma de priorizar y eliminar de nuestra vida lo que nos ocupa tiempo y energía sin aportarnos nada a cambio.

Incluso puedes aplicar esta regla a tu armario, regalando ese 80% de prendas que no te pones para aprovecharte de aquellas que más te gustan. Y también en el uso de tu teléfono móvil, eliminando el 80% de aplicaciones que no usas para que tu teléfono vaya mucho más rápido.

Ponlo en práctica en tu propia vida: tu trabajo, tus relaciones sociales, tu tiempo libre… todo es susceptible de ser analizado bajo el prisma del bienestar para sacarle el máximo rendimiento y lograr ser más feliz. Porque ninguno queremos perder el tiempo en algo que no nos gusta.