Madres alarmadas por la ola de inseguridad en el Ipem Agustín Tosco

Madres de alumnos del Ipem 295 Agustín Tosco, en Villa El Libertador, están alarmadas por la ola de inseguridad que afecta a la comunidad educativa del sector. 

Estas madres autoconvocadas anticipan que tienen previsto tomar la escuela en los próximos días para visibilizar la situación de inseguridad que atraviesan y reclamar una solución a las autoridades educativas. 

Integrantes de la cooperadora escolar cuentan a La Décima los episodios delictivos sufridos por docentes y alumnos de la institución en el último tiempo. 

“El otro día le quitaron al profesor de lenguas el celular del bolsillo”, cuenta Laura Di Marco, presidenta de la cooperadora escolar. También apunta que la falta absoluta de controles en el establecimiento alimenta la osadía de los malvivientes. 

“Ingresan a las aulas y le roban los celulares a los chicos”, apunta Di Marco, quien reclama el levantamiento de la tapia del patio y el cierre del alambre perimetral roto para dar más seguridad al lugar. 

“Por ahí se viven metiendo para hacer daños o cometer robos. ¡Hasta en la cocina del Paicor han robado!”, reseña. 

Gabriela López, tesorera de la cooperadora, comenta que están sin actividad en la cooperadora “porque no tiene sentido trabajar y hacer cosas para que después se las roben”, como viene sucediendo. “Lo poco que hay se lo llevan”, agrega. 

Ratifica que esta semana buscarán sumar voluntades para realizar una toma simbólica del lugar para crear conciencia de lo que está pasando. 

“Es preferible perder dos días de clase a perder la vida de un alumno”, ejemplifica López.

Los padres reclaman la restitución del adicional de policía que el Ipem tenía antes de la pandemia del covid. Desde la dirección le dicen que el reclamo está hecho, pero la solución no llega y esto desespera a este grupo de madres movilizadas.   

Además de los robos adentro y afuera de los establecimientos, preocupa el nivel de violencia entre los alumnos. 

“El otro día a una alumna le pegaron entre varias y le desfiguraron la cara”, cuenta Di Marco. “Hasta la preceptora fue golpeada cuando se quiso meter a separar”, precisa.