Ander Herrera: los nuevos mensajes y el compromiso para definir su continuidad en Boca

«Hay caminos que empiezan sin que uno se dé cuenta, un primer sí, un primer mensaje. Una confianza mutua que se entrega casi a ciegas y que termina marcando una vida. En ti vemos el esfuerzo de quién se cae y vuelve a ponerse en pie…» La última historia que Ander Herrera subió a su Instagram potencia su escenario de fin de año: está claro que el español atraviesa horas de reflexión, si se quiere de introspección, en el que sin dudas está definiendo qué será de su 2026 en particular y de su carrera en general…

El remate de ese mensaje bien puede dejar una señal positiva de cara a su futuro. Si algo hizo Ander Herrera en este año que pasó en Boca fue volver a ponerse de pie tras las caídas que le provocaron sus lesiones musculares, las mismas que lo sacaron de partidos, le quitaron ritmo de competencia y, tras el tramo final del Clausura, lo dejaron sin poder jugar los últimos dos encuentros decisivos del 2025, los cuartos contra Argentinos y la semi contra Racing…

Esa situación, además de que el español no garantizó su continuidad, abrieron la incertidumbre. Por lo pronto, había firmado un contrato de renovación automática hasta diciembre del 2026 que se venció y que ahora hay que revisar. Incluso, se habló de la chance de generar un nuevo vínculo por productividad, teniendo en cuenta los partidos que el español se perdió en este 2025…

Por todo, como no hubo comunicación oficial del club ni tampoco el español habló antes de volverse a su país, lo que fue marcando su ánimo en este tiempo fueron sus publicaciones en redes sociales. Y así como el último alimenta alguna esperanza de continuidad, de la mano de una visita a Zaragoza en la previa a Navidad (el club donde nació y se formó), los primeros fueron en otra sintonía…

Por caso, los dos posteos que el español realizó post eliminación contra Racing fueron las señales más elocuentes de que todo pudo terminarse ahí mismo. Sobre todo, el que hizo con sus hijas, en la Bombonera y bajo la leyenda “Bosteras para siempre”. Un mensaje que podía sonar a puro amor, pero en el contexto de sus dos últimos partidos en el banco y sin ingresar ni siquiera ante la necesidad, hasta pudo interpretarse como una señal de despedida.

Por lo pronto, en Boca tienen claro una cuestión y es lo que van a esperar para renegociar la continuidad del volante. El propio Herrera le prometió a Riquelme y Cía., que volvería al país para el inicio de la pretemporada con la decisión tomada. Si es un sí, se revisarán las condiciones del nuevo vínculo y se sumará a la preparación con sus compañeros para el retorno a la Libertadores.

Si es un no, pues el compromiso será anunciarlo a la prensa y despedirse del Mundo Boca, como un sueño que hizo realidad y duró lo que duró. Por lo pronto, y como fuera, todo sucederá en el país en los primeros días de enero.

En general, la experiencia de Ander en Boca no resultó hasta acá tal como lo habrá imaginado el jugador. Primero, con sus reiteradas lesiones que lo marginaron de gran parte de las competencias: fueron tres ante los ojos de todos (dos de ellas con pocos minutos en cancha), tres más en prácticas y una más que no terminó de definirse pero pareciera que lo afectó en la semana previa al partido anterior de Boca con Argentinos, tras la cual no volvió a jugar.

Las eliminaciones (sobre todo la de la Copa Libertadores ante Alianza Lima) y lo que le pasó en el Mundial de Clubes (pronta lesión y roja en el debut ante Benfica) también fueron dando un marco a su estadía en el Xeneize, donde su mejor tarde -indudablemente- fue la del partido ante River, que lo festejó como un bostero más.

En total, Ander jugó 17 partidos con la azul y oro (sin goles), de los cuales solamente ocho los comenzó desde el minuto uno y sin haber completado ninguno de ellos. El dato más elocuente, sin embargo, es que totalizó 640 minutos en cancha, promediando 37 por cada vez que entró en un campo de juego.

¿Habrá Herrera 2026?