Para entender algunos chistes de ‘Los Simpson’ es necesario saber clases de historia. Por ejemplo, el nombre completo del Señor Burns, Charles Montgomery Plantagenet Schicklgruber Burns, tiene dos detalles increíbles sacados de la historia: por un lado, «Plantagenet» es la dinastía a la que pertenecieron los reyes ingleses desde 1154 hasta 1485, de la que salieron tanto los Lancaster como los York (y que actualmente está extinguida). Por otro, «Shicklgruber» era el apellido del padre de Adolf Hitler, que se cambió oficialmente el apellido en 1877. Pero si esto os parece sorprendente, esperad a enteraros de este detalle que sale de una simple palabra de la temporada 7.
¡Ahoy-hoy!
No cabe duda de que la temporada 7 es una de las mejores de la historia de ‘Los Simpson’, donde ningún episodio falla ni en gags, ni en ritmo: maravillas como ‘Radioactivo Man’, ‘Madre Simpson’, ‘Escenas de la lucha de clases en Springfield’ o ‘Un pez llamado Selma’ pertenecen a esta tanda de episodios, pero hoy nos vamos a centrar en su decimoséptimo capítulo, ‘Homer, el Smithers’, en el que Homer se hace cargo del señor Burns y, ante su inutilidad, este termina por hacerse cargo de todo él mismo. Y ahí es donde está el gag.
Burns, por primera vez en muchísimo tiempo, contesta él mismo al teléfono, diciendo «¡Ahoy-hoy!» (en España se perdió el chiste con un «¿Sí, dígame?»). No sería la última vez que lo hiciera: en la temporada 8, durante el episodio ‘La cita de Lisa con lo espeso’, cuando Homer consigue un marcador automático para hacer telemarketing fraudulento («¡Saludos, amigo! ¿Desea ser tan feliz como yo?»), Burns contesta con la misma fórmula.
Este podría ser un gag al azar que simplemente suena gracioso, pero tiene su origen en 1877, cuando Alexander Graham Bell fundó la Bell Telephone Company y, con ella, el uso masivo del teléfono. Algunos le acreditan como el inventor, pero lo cierto es que se le adelanta Antonio Meucci y su «telectrófono» de 1849. El caso es que Graham Bell, entre sus normas de educación al contestar al aparato, indicó que se debía decir «¡Ahoy-hoy!». Sí, como en los barcos.
Se supone (aunque no hay pruebas de ello) que durante un breve periodo de tiempo, los parlantes por teléfono decían ese «¡Ahoy-hoy!». Aunque a día de hoy nos puede parecer extraño, en su momento se llegó a usar como manera de saludar por la calle en una época en la que «Hello» era aún una neo-palabra. Porque sí, durante años en el idioma inglés, «Hello» o «Hullo» era solo una manera de indicar sorpresa (por ejemplo, «Hello! What do we have here?»). Fue Thomas Edison, el archi-enemigo de Graham Bell, el que pensó que podía servir como manera de comunicarse por teléfono. El 15 de agosto de 1877, poco después de la invención del aparato, el inventor ya señaló que «Hello!» se escuchaba sin problemas a través del aparato, y poco a poco se fue poniendo de moda.
Hello my baby, hello my honey
De hecho, en 1889, las telefonistas de la época (que sustituyeron al grupo de borrachos adolescentes que dirigían las líneas originalmente) ya se llamaban «hello-girls» y no «ahoy-hoy-girls». Por lo visto, Graham Bell se quedó solo con su saludo naviero. Sin embargo, el uso de la palabra «Hello!», como toda novedad entre la juventud, fue motivo de mofa por otras generaciones, y se llegaron a hacer canciones a modo de burla, como la famosa ‘Hello! Ma Baby’, de 1899, cantada originalmente por Arthur Collins y que trata sobre un hombre que tiene una novia que solo conoce por teléfono, y de ahí el famoso «Hello!».
La canción, lo estás adivinando, se popularizó en 1955, ya desprovista de la burla original, cuando las Merrie Melodies de Warner lanzaron su mítico corto ‘One Froggy Evening’, en el que una rana (Michigan J. Frog) bailaba y cantaba al ritmo de la mítica canción solo para un hombre que acababa volviéndose loco. El corto, por cierto, tuvo una secuela bastante desconocida 40 años después, ‘Another Froggy Evening’, que no es ni de lejos tan fantástica como el original.
Entonces, ¿cuál es el chiste en ‘Los Simpson’? Pues, evidentemente, que el señor Burns es más viejo que el teléfono en sí mismo, y aún sigue utilizando el «Ahoy-hoy» que propuso Graham Bell en sus inicios: la prueba de que a los guionistas de la época les daba absolutamente igual que sus gags los pillara todo el mundo o solo un público de nicho. De hecho, la persona que coló la línea, Josh Weinstein, considera que es la aportación de la que está más orgulloso, como homenaje a Graham Bell contra Edison, al que más adelante, de hecho, la serie dedicaría todo un episodio, ‘El mago de Evergreen Terrace’. ¡Ahoy-hoy!
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