Elena Romero Vargas

Si hablamos de pueblos de la Costa Brava que merece la pena tener en el radar, Tossa de Mar tiene un lugar privilegiado en esta lista. Ubicado en la comarca de La Selva, este pueblo costero lleva décadas arrastrando la fama de destino paradisíaco de vacaciones, y no es para menos, pues su historia, sus paisajes y los grandes personajes que han ido conformando su identidad así lo avalan.

La historia de Tossa de Mar se remonta a la época de los romanos, cuando era conocida como Turissa, y de la que todavía se conservan restos como la villa romana dels Ametllers, un yacimiento datado entre el siglo I y IV y que aún se puede visitar. Sin embargo, el periodo histórico que más ha marcado la identidad de Tossa de Mar es el medievo. Prueba de ello es su casco antiguo, uno de los principales atractivos del lugar.

TAMBIÉN TE INTERESA

Aunque su historia y su cultura tienen un peso muy importante en el atractivo de Tossa de Mar, nada como sus paisajes naturales para corroborar su belleza. Sus calas turquesas al más puro estilo mediterráneo fue lo que inspiró al pintor Marc Chagall a crear algunas de sus obras más emblemáticas y a apodarle con el sobrenombre de ‘paraíso azul’. Chagall no fue el único artista que pasó por este pueblo de la costa catalana: muchos bohemios de la década de los años 30 escogieron este enclave como lugar de descanso e inspiración e hicieron que la fama que ya había alcanzado con su estética fuese aún mayor por la predilección de estos artistas.


Escultura de Ava Gardner en Tossa de Mar


Turismo Costa Brava Pirineu de Girona


Otro de los personajes emblemáticos que quedó prendado de Tossa de Mar fue Ava Gardner. La icónica estrella de Hollywood cuyo amor por España es más que conocido pasó por la localidad gerundense en 1951 para filmar la película Pandora y el holandés errante, en la que también participó el torero y actor español Mario Cabré. Los rumores de romance entre ambos motivó al por entonces prometido de Gardner, Frank Sinatra, a pasar unos días también en este pueblo, lo que colocó a Tossa de Mar como destino estrella para paparazzis.

La presencia de Ava Gardner aquí causó tal revuelo que se construyó en pleno casco antiguo de la localidad una escultura en bronce en tamaño real que aún hoy se puede visitar. Pero su legado no queda aquí: uno de los dulces tradicionales de la zona son los besos de Ava Gardner, unos merengues de sabores que se venden en la Granja Tomás, una pastelería que lleva en pie desde finales del siglo XIX.

Por qué tienes que visitar Tossa de Mar este verano

Un lugar que ha fascinado a tantos personajes de renombre y que sigue conquistando a todo aquel que se acerca a visitarlo merece un hueco en tu agenda de vacaciones. Es un pueblo digno de recorrer de punta a punta, de deleitarse con su naturaleza y de fijarse en cada detalle de sus calles, pero hay ciertos puntos claves que sí o sí tienes que conocer.

La primera parada es la Vila Vella, el nombre que recibe su emblemático casco antiguo rodeado por una muralla medieval que recoge en sí buena parte de la esencia tan especial de este destino. Esta muralla fue construida entre el siglo XII y XIV como defensa contra los piratas que atacaban la zona. De hecho, aún hoy se puede ver reminiscencias de la estructura defensiva en la propia muralla o en las siete torres que se ubican en ella.


Muralla de Tossa de Mar, Girona


Oficina de Turismo de Tossa de Mar


La relación de Tossa de Mar con los piratas no solo se limita a su arquitectura, también ha trascendido en las leyendas e historias populares que se cuentan sobre ella. Una de las más famosas es la historia del pirata enamorado. Cuenta la leyenda que en el castillo ubicado en las murallas de Tossa de Mar vivía una joven cuya belleza era conocida más allá de sus fronteras y que atraía a muchísimos pretendientes. Sin embargo, la joven solo buscaba la paz y la libertad que le daba el vivir frente al mar.

Un día, entre estos pretendientes llegó un pirata berberisco que quedó prendado de la muchacha hasta el punto de dejar deterirorarse su barco y su imagen esperando una respuesta de amor correspondido. Esta respuesta nunca llegó y el pirata dejó hundir su nave en la costa frente a la torre a la que se asomaba la joven. La nave se convirtió en una roca que hoy es parte esencial de su paisaje y en la que, según cuenta la leyenda, aún puede verse la silueta del pirata esperando las noches de luna llena.

Otro de los enclaves imprescindibles es el Faro de Tossa, construido en 1917 en la zona más alta de la localidad. Desde aquí no solo podrás disfrutar de unas vistas increíbles desde uno de sus monumentos más icónicos, también conocerás más en profundidad la historia del propio faro y la vida marinera de Tossa de Mar que tanta impronta tiene en la construcción de su esencia e identidad.


Cala Bona, Tossa de Mar


Oficina de Turismo de Tossa de Mar


Y es que si visitas Tossa de Mar no puedes perderte sus calas y playas responsables de ese sobrenombre de ‘paraíso azul’ que se le atribuyó en los años 30. Una de las calas más bonitas es la Cala Bona, una cala rocosa sin arena a la que hay que acceder a pie, pero que merece la pena la aventura para disfrutar tanto del baño como de un paseo en barca.

Este es solo un ejemplo de las múltiples calas que puedes visitar para disfrutar de un ambiente íntimo y especial en tu visita a la Costa Brava. Sin embargo, en Tossa de Mar también existen playas de arena de mayores dimensiones perfectas para disfrutar de un día en familia. La más popular es la Playa Grande, ubicada a los pies de la Villa Vella y del Cabo de Tossa, con todos los servicios disponibles que permiten bañarse en sus aguas mientras disfrutas de vistas espectaculares.

NO TE PIERDAS