Aloña Fdez. Larrechi

Cuando la semana pasada hablamos de los negocios en expansión que se intuían en el arranque de la tercera temporada de La edad dorada nos referíamos, como cualquier espectadora pudo adivinar, a los renovados intereses ferroviarios de George Russell. Pero tras el segundo episodio de la producción creada por Julian Fellowes, bien podría aplicarse a los planes que Bertha tiene para Gladys. Una criatura a la que la escapada a penas le duró unas horas y que ha conseguido que la audiencia sienta pena por ella, a la vista del futuro que le espera.

Porque el personaje interpretado por Taissa Farmiga es el negocio en el que su madre quiere volcar todos sus sueños y aspiraciones, sin tener en cuenta que la joven ve su futuro de una forma mucho más discreta, en la que el amor, y no la conveniencia, es su interés principal. Una discrepancia que nos lleva a intuir que, a la vista que Bertha tiene en sus empeños, hará sufrir a Gladys.

TAMBIÉN TE INTERESA

Con la lucha de las Russell como motor principal del segundo episodio de La Edad Dorada, el resto de las tramas de la producción de HBO Max se presentan como una balsa de aceite. Aunque, por supuesto, no faltan discrepancias, y sorpresas.

Los negocios de la familia Russell

Tras la breve escapada de Gladys, y la oportuna filtración de la llegada del duque de Buckingham a Nueva York, el ambiente en la mansión de los Russell no podría ser más tenso. Ni siquiera el regreso de George de su viaje de negocios o la mediación que trata de llevar a cabo Larry, logran calmar las aguas entre madre e hija. Y es que las posiciones de ambas no podrían ser más distantes, y mientras Bertha trata de conseguir para Gladys todo con lo que ella habría soñado, la joven piensa en sus aspiraciones, que no son tan elevadas como las de su madre.


Gladys Russell, interpretada por Taissa Farmiga en La Edad Dorada.


HBO MAX


A pesar de que Gladys siempre se ha apoyado en su padre, y este le prometió que se casaría por amor, porque ambos podían entrever dónde sería capaz de llegar Bertha. Sin embargo, tras la conversación que el matrimonio mantiene al final del segundo episodio de la tercera temporada de La edad dorada, parece que George poco podrá hacer por su hija pequeña. Porque los argumentos de Bertha son tajantes, con ese «tú te ocuparás de lo que pase en casa cuando yo me pueda encargar de tus negocios», y porque, como ya sabemos, Bertha siempre consigue lo que se propone.

La llegada del Duque de Buckingham, sin embargo, viene acompañada de un personaje inesperado, su abogado. Y es ahí cuando, tanto su marido como su hija, miran al futuro con temor, sospechando que el inglés espera algo más de su futura esposa que su sola presencia. Algo que podría poner en peligro la economía familiar y, tal vez, también su prestigio. Quedan muchos capítulos por delante, pero parece lógico pensar que veremos a Gladys con ese gesto compungido con el que se cierra el episodio.

La templanza, el reloj y una nueva relación a la vista

Al otro lado de la calle, en casa de Ada y Agnes, también se respira la tensión, aunque por razones bien diferentes. Podemos confirmar que Ada está decidida a sobrellevar su pérdida dedicándose por entero a la misión de convencer a todos los que le rodean de mantenerse alejados del alcohol. Y esto es una razón más para que Agnes, que todavía no ha aceptado que ha perdido el control de su propia casa, le lleve la contraria, muchas veces con razón. Afortunada, e inesperadamente, en lo que al poder se refiere, la buena de Aurora está ahí para decir lo que todos esperaban, y sabían, que es Ada la que ahora manda allí.


Los personajes Larry y Marian en la Edad Dorada.


HBO MAX


En el piso de abajo Trotter sigue centrado en la presentación de su proyecto empresarial, con la ayuda de Larry. Es una buena noticia que el joven Russell esté dispuesto a cederle el control de la presentación, e incluso se ocupe de su vestimenta, pero no podemos descartar que, en el futuro, surjan discrepancias. Hasta entonces, Larry no pierde el tiempo y aprovecha sus visitas a la mansión vecina para seguir alimentando la llama del amor con Marian. E incluso parece ser que la penitencia de Oscar va a terminar y cuenta con un aliado a la hora de reflotar su nombre y su futuro profesional.

La enfermedad de Peggy ha llevado a su vida un nuevo hombre, el doctor William Kirkland, y parece que esta relación irá más allá de su convalecencia. Porque a pesar de las circunstancias en las que se encontraba la escritora, el interés que él demostró por su trabajo literario es un buen comienzo para que sean algo más que médico y paciente. Otra cosa es que las familias de ambos lo pongan fácil, como parece ser tendencia en la tercera temporada de La edad dorada.

TAMBIÉN TE INTERESA